La presidenta argentina, Cristina Fernández, partió ayer de mañana desde la Cumbre del G20 en México hacia Brasil para participar en la Conferencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU) Río+20, pero debió anticipar su regreso debido a las medidas adoptadas por el Sindicato de Choferes de Camiones que lidera Hugo Moyano, el principal referente de la Confederación General del Trabajo (CGT), que está enfrentado desde hace varios meses con el gobierno.

La paralización de actividades de los trabajadores por mejoras salariales, prevista por 72 horas, se iniciaba al tiempo que el vicepresidente Amado Boudou, presidente en ejercicio, destacaba, durante su oratoria en el acto por el Día de la Bandera, que pese al “difícil” contexto internacional “no hay que perder de vista que mientras en países industrializados se pierden miles de empleos, acá estamos discutiendo salarios en paritarias y eso va a seguir así porque las cosas se discuten en la mesa de negociaciones”.

“Sin duda el año que viene nos vamos a poder dar cuenta de que hemos superado una vez la crisis internacional, a diferencia de cuando teníamos otro modelo en el que alguien estornudaba en México y nuestros padres y madres perdían sus trabajos. Hoy eso no sucede, producto del modelo político, económico y social que llevamos adelante”, reafirmó.

Tras la ceremonia, el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, que alertó sobre la falta de provisión de combustible en hospitales y la posibilidad de una merma en el sistema de transporte, afirmó: “Por la gravedad del tema vamos a iniciar acciones penales para frenar esta medida de fuerza totalmente injustificada”, y anunció el regreso anticipado de la presidenta.

Estas declaraciones dieron inicio a un nuevo cruce entre las autoridades de gobierno y Pablo Moyano, hijo de Hugo y secretario adjunto del gremio de los transportistas. “No es bueno que Pablo Moyano o el Sindicato de Camioneros pretendan tener de rehén al conjunto de los argentinos. En la Argentina está la posibilidad de discutir en paritarias hace más de nueve años [...]. Si se hubiera agotado el diálogo podría ser comprensible, pero [...] parece que se quiere usar a los argentinos como una herramienta de presión para una discusión que es sectorial”, afirmó Boudou.

El vicegobernador de Buenos Aires, Gabriel Mariotto, inició un operativo de restablecimiento del servicio de gas y combustible mediante un despliegue de efectivos de la gendarmería. Pablo Moyano advirtió: “Que no se les ocurra hacer un desalojo”.

Moyano hijo reafirmó que mantendrán la paralización hasta el viernes, día en que está fijado un nuevo encuentro con los empresarios para discutir el reclamo de 30% de aumento salarial. “La gente está muy caliente. Esperemos que los empresarios o el gobierno lleven una propuesta importante, seria y concreta, y no como en las últimas reuniones”, apuntó. Fue más lejos: “Lo que diga Boudou nos tiene sin cuidado. Está más sucio que un mecánico”, disparó en referencia a una denuncia por corrupción que habría cometido cuando era ministro de Economía y que actualmente investiga la Justicia.

La presidenta, en tanto, llegó a posar para la “foto familiar” de la inauguración de la Cumbre Río+20, pero debió suspender su intervención en la conferencia y para emprender el viaje de regreso hacia Argentina donde, como anticipó el ministro del Interior y Transporte, intervendrá en el conflicto de los camioneros.