Además de ser una dirigente controvertida pero de peso en el Partido Socialista (PS) francés, Ségolène Royal fue la pareja del actual presidente, al que conoció en la prestigiosa Escuela Nacional de Administración (ENA), donde estudia la gran mayoría de los dirigentes políticos franceses, sea cual sea su orientación política. En la ENA, Hollande y Royal integraron la misma generación. La dirigente también compartió con él más de 20 años de militancia política.

Ambos fueron candidatos a la presidencia. Ella lo fue en 2007, cuando compitió sin antes comunicárselo a Hollande y luego fue derrotada en el balotaje por Nicolas Sarkozy. Hollande era entonces secretario general del PS, y Royal -con casi 47% de los votos- se convirtió en la primera mujer de la historia francesa en alcanzar el balotaje. Poco después se hizo pública la separación de la pareja.

Desde 2005 Hollande mantenía una relación con Valérie Trierweiler, periodista política de la revista Paris Match, en la que cubría las noticias del PS. En 2010, se hizo pública la relación y Hollande dijo a la revista de chimentos Gala que Trierweiler era “la mujer de su vida”. Antes, en 2007, Trierweiler había sido asignada a la sección cultural de su revista -en contra de su voluntad- a pedido de Royal.

La actual pareja de Hollande amenaza con juicios a quienes quieren escribir sobre ella. Esto hizo con Nicole Leibowitz y Elisabeth Schemla, autoras de Pour le meilleur et pour le pire (En las buenas y en las malas), un libro acerca de cinco mujeres compañeras sentimentales de políticos destacados, entre ellas Trierweiler. Ambas fueron amenazadas con hacerles denuncias por el ex marido, la abogada y la encargada de relaciones con la prensa de la actual primera dama, que se negó a hablarles, algo que las autoras no olvidaron reseñar en su obra.

En red

Las frases asesinas de Trierweiler en la red social Twitter son ahora notorias. Su propio semanario fue objeto de una de ellas. El 8 de marzo, cuando Trierweiler apareció en la portada con Hollande, ella dijo estar “enojada” porque no le avisaron antes de publicar fotos suyas y acusó a Paris Match de “sexismo” por haber titulado “Valérie, la ventaja carismática de Hollande”. Sus reacciones vía Twitter o celular fueron inmediatas cada vez que un periodista le preguntó a Hollande sobre Royal en algún programa de televisión e incluso cuando una colega omitió decir “ex” al hablar de “los hijos de la pareja Royal-Hollande”.

Royal se postuló en 2008 a secretaria general del partido y fue derrotada por Martine Aubry en una votación ajustada y en medio de sospechas de fraude. En 2010, la dirigente buscó ser candidata a presidenta, pero en las internas socialistas fue eliminada en primera vuelta. Los dos “finalistas” fueron Hollande y Aubry.

Para Royal esto supuso un dilema. En el libro L’homme qui ne devait pas être président (El hombre que no debía ser presidente), los autores Karim Rissouli y Antonin André relatan cómo Royal se reunió con sus cuatro hijos para consultarlos sobre lo que debía hacer: apoyar a su padre -que no la apoyó en 2007 y que la dejó por otra- o apoyar a su rival de 2008, que a su entender tenía la ventaja de ser mujer y de estar “más a la izquierda”. El mismo libro relata que Aubry le ofreció ministerios a cambio de su apoyo en las primarias y su ex compañero le ofreció la presidencia de la Asamblea Nacional. Royal apoyó a Hollande en la segunda vuelta de las primarias y cuando su ex se convirtió en candidato ella tuvo un rol activo aunque a distancia, porque es sabido que Royal y Trierweiler no podían cruzarse.

Entre tanto, Royal tuvo que tragar algunos sapos. Lo peor quizá haya sido cuando en enero de este año, en su primer gran acto de campaña, Hollande no la mencionó al hablar de la historia del PS. Y que en la película sobre ese partido que se difundió más tarde sencillamente no se la nombra. El video terminaba con la retirada de la política del socialista Lionel Jospin en 2002, cuando quedó fuera del balotaje en el que se enfrentaron el ex presidente Jacques Chirac y el ultraderechista Jean- Marie Le Pen. De la llegada de Royal a la segunda vuelta en 2008 no hay ni una palabra. Los analistas y la prensa francesa atribuyen la “desaparición de Royal” del video a presiones de Trierweiler.

Ahora Royal es candidata a diputada en la circunscripción de la ciudad de La Rochelle, en la región de Poitou Charrentes, que dirige desde 2004. En la primera vuelta, obtuvo 32% de los votos ante un candidato socialista disidente, Olivier Falorni, que acumuló 28,91% del apoyo. Su partido le dio su respaldo para el balotaje del domingo 17, mientras que desde la derecha hubo llamados a votar a Falorni para derrotarla.

Ayer tomó posición públicamente Trierweiler desde su cuenta en Twitter: “Ánimo a Olivier Falorni que se lo merece, que lucha junto con los habitantes de La Rochelle desde hace tantos años con un compromiso desinteresado”. En la interna socialista cayó como una bomba. Al punto de que el primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, salió a asegurar que él y Hollande (que no dijo nada en público pero llamó a su ex) apoyan “a fondo” a Royal.