Un decreto firmado por Hollande y anunciado por su ministra de Asuntos Sociales, Marisol Touraine, establece que las personas que comenzaron a trabajar a los 18 o 19 años y lo hicieron durante los 41 años exigidos legalmente, podrán jubilarse a los 60 y no deberán esperar hasta los 62, como disponía la reforma de Sarkozy. Duramente rechazada, la modificación del anterior gobierno establecía que todos los trabajadores verían retrasada dos años su jubilación. Esta nueva medida involucrará en 2013 a unas 110.000 personas que podrán optar por la jubilación a sus 60 años.

Además, las modificaciones del gobierno socialista ofrecen ventajas a mujeres y desempleados: los permisos por maternidad y los períodos de desempleo que cumplan ciertos requisitos computarán como tiempo trabajado.

“Es una medida de justicia que está totalmente financiada”, aseguró Touraine. La ministra señaló que el Estado puede enfrentar el gasto que implica este cambio de reglas, a diferencia de lo que sostenía el gobierno de Sarkozy.

Esta decisión era una de las promesas de campaña de Hollande, quien se presentó como un candidato que no seguiría al pie de la letra las disposiciones de austeridad de la Unión Europea, que significaron recortes a las políticas sociales. Ésta es la primera medida que toma Hollande en este sentido, justo cuando desde el bloque europeo se le recomienda a Francia que reduzca el gasto público para no aumentar el déficit.

Consultada en conferencia de prensa, Touraine dijo que no había “apuro” en anunciar la norma, pero que querían hacerlo rápidamente porque era una promesa de campaña de Hollande, pese a que el cambio empezará a regir recién el 1º de noviembre.

El anuncio se hizo tres días antes de las elecciones legislativas del domingo, en las que, según los sondeos, la alianza entre socialistas y verdes será la que logre más legisladores, aunque no alcanzará la mayoría absoluta. Las encuestas también señalan que el partido más votado individualmente será el de Sarkozy, la Unión por un Movimiento Popular.