Los llamados a votar y las promesas de cambio fueron los puntos comunes de los actos de cierre de campaña del miércoles por la noche en México. El de Enrique Peña Nieto, el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y favorito según las encuestas, fue el que tuvo mayor despliegue de organización. Contó con la presencia del cantante Alejandro Fernández, con un equipo que preparó el encuentro y trabajó hasta último momento, y con miles de seguidores que al llegar recibían globos, banderas y matracas. “Estamos a cuatro días de ganar la presidencia de la República”, dijo un convencido Peña Nieto, “es el momento de redoblar el paso”. “Queremos un país que viva seguro, tranquilo, en paz, y que permita la libertad plena de todos los mexicanos”, dijo escuetamente, sin precisar qué medidas tomaría en caso de ganar las elecciones.

Aunque sean más de diez puntos porcentuales los que separan en las encuestas a Peña Nieto de su seguidor, Andrés Manuel López Obrador, fue el acto de este último el que logró una mayor convocatoria.

Decenas de miles de personas cubrieron el Zócalo de Ciudad de México: “marea humana” y “baño de masas” fueron algunas de las fórmulas utilizadas para definir la asistencia. El gobierno local -del Partido de la Revolución Democrática (PRD), al que pertenece López Obrador y que lidera el Movimiento Progresista, que respalda al candidato- estimó que en la marcha desde el Paseo de la Reforma y el Zócalo participaron más de 200.000 personas.

“Ustedes son el motor del cambio verdadero”, dijo López Obrador en el multitudinario acto, en el que aseguró que trabajó con intensidad “para volver a ganar la presidencia de la República”, en referencia a las elecciones de 2006, en las que obtuvo 0,56% menos de votos que el actual mandatario, Felipe Calderón, según resultados oficiales que él no reconoció. El candidato de izquierda rechazó el fantasma agitado por el PRI de que se repita un conflicto poselectoral y aseguró que, a diferencia de 2006, la posibilidad de un fraude es “remota”, porque ahora cuenta con un movimiento más organizado para reforzar la vigilancia de las urnas el domingo. Aun así, al cierre de esta edición los candidatos firmarían el Compromiso por la Civilidad propuesto por el Instituto Federal Electoral, en el que se comprometerían a aceptar los resultados oficiales que se conocerán en la madrugada del lunes.

López Obrador dijo que si gana, al comenzar su gobierno combatirá la corrupción y atenderá a los jóvenes, especialmente con generación de empleo, para “serenar el país”. Añadió: “Mi compromiso es que ya no habrá guerra, no queremos más muertos”. Se refería a la política de combate al narcotráfico lanzada por Calderón, que dejó unos 60.000 muertos y que no tiene el respaldo ni siquiera de la candidata oficialista, Josefina Vázquez Mota.

Los “¡Josefina!, ¡Josefina!” inundaban el estadio de Chivas, en Jalisco, donde unas 45.000 personas presenciaron el cierre de campaña de la candidata del Partido Acción Nacional (PAN), que llegó al escenario -en forma de cruz y ubicado en el medio de la cancha- de la mano de la primera dama, Margarita Zavala. Vázquez Mota reiteró que Peña Nieto representa el regreso “del autoritarismo, el abuso de poder y la rendición frente al crimen” y que López Obrador es el “rostro del caos y de la crisis económica”, además de recordar otra vez que el dirigente de izquierda militó en el PRI -lo hizo hasta 1988, cuando se unió a un grupo liderado por Cuauhtémoc Cárdenas que se escindió del partido-.

En su acto, la candidata oficialista anunció que de resultar electa invitaría a Calderón a encabezar la Procuraduría General de la República. “Quiero a un abogado de la nación que no sea cómplice del crimen”, dijo.

Tercera en las encuestas, y con un discurso algo reiterativo, dijo que cree en los milagros y que considera posible una victoria.

La campaña de Vázquez Mota, la primera mujer candidata a la presidencia mexicana, ha sido llamativa por su poco éxito y por la soledad de la postulante. La falta de apoyo de los dirigentes del partido y del grueso de la militancia del PAN se hizo sentir en los distintos actos. Los medios mexicanos han consultado a diversos analistas para que expliquen por qué la candidata del PAN -el partido que rompió la hegemonía del PRI, que se mantuvo en el poder por más de 70 años- tenga una intención de voto que apenas supera el 20%. Respondieron que algunas causas son el desgaste del PAN tras 12 años de gobierno, la guerra contra el narcotráfico de Calderón -de la cual Vázquez Mota no se habría distanciado lo suficiente- y la división interna tras una extensa lucha para definir el candidato oficialista.