Humala asumió hace un año el gobierno de Perú con promesas de paz social, más gobernabilidad, disminución de la pobreza y mayor inclusión, pero pocas de esas premisas se cumplieron y esto se traduce en una caída del respaldo al presidente y en los pocos aplausos que recibió su discurso ante el Congreso. El 38% de los peruanos aprueba a Humala, siete puntos porcentuales menos que en junio. Esta baja es parte de una tendencia que acompaña al presidente desde que comenzó su mandato: a un mes de asumir el gobierno, el apoyo popular que reflejan las encuestas se desplomó de 70% a 41%.

También en los aspectos políticos se evidencian las fisuras. Al comenzar su gobierno contaba con un fuerte respaldo del ex presidente Alejandro Toledo e incluso se habló de establecer una alianza parlamentaria para que el oficialismo contara con mayoría absoluta. Pero los 12 meses de administración desgastaron esa relación e imposibilitaron la opción de una alianza, al punto de que ayer Toledo era uno de los principales críticos al Mensaje a la Nación de Humala, al que calificó de demasiado extenso y poco concreto.

Humala no mencionó el conflicto desatado en el departamento de Cajamarca por el rechazo al proyecto minero Conga, que marcó los últimos meses de gobierno y que fue uno de los factores que llevaron al presidente a disponer dos recambios de su gabinete. El gobierno empezó con un equipo de ministros inclinado a lo social, pero luego de avanzados los conflictos sociales formó otro con mayor presencia militar y técnica, y ahora cuenta con un tercero autodefinido como “el gabinete del diálogo”.

Aunque no mencionó el conflicto, uno de los pocos anuncios del discurso presidencial estuvo dirigido a Cajamarca: “Mi gobierno no permitirá el desarrollo de ningún proyecto extractivo que exponga a la población al desabastecimiento de agua o que no tenga los estándares de calidad permitidos para el consumo humano”, aseguró Humala antes de proponer al gobierno una reforma para reconocer en la Constitución “el derecho fundamental al agua”. Justamente, uno de los principales puntos del conflicto de Cajamarca es que el proyecto minero Conga prevé desecar dos lagunas que son el núcleo del sistema hídrico de la región.

El presidente aseguró en su discurso que se debe construir “un marco jurídico y una política estatal que armonice las actividades extractivas con los legítimos intereses de preservar los recursos naturales”. Además, afirmó que la mayor parte de los reclamos actuales son socioambientales y que por eso es necesario “el adecuado diseño y cumplimiento de reglas que promuevan el uso responsable y equitativo de los recursos naturales y el cuidado del medio ambiente”. En el mismo sentido, aseguró que “la falta de responsabilidad social y medioambiental con que han operado algunos agentes económicos en el pasado están en la base de los conflictos” que “preocupan a todos los peruanos y peruanas”.

Humala, cuya asunción motivó grandes expectativas en la población peruana más desfavorecida, aseguró que se reafirma “en lo medular” de su propuesta electoral y que en este primer año de gobierno sentó “las bases para la gran transformación que anhela la mayoría de los ciudadanos, el crecimiento con inclusión”. Prometió mayor inclusión social, reducción de la pobreza y mejoras en la educación, así como un fuerte aumento de la inversión para crear nuevos establecimientos para la salud.

Tras reconocer que la inseguridad ciudadana es el problema central para la vida cotidiana de los peruanos -como señalan las encuestas-, Humala anunció mejoras en equipamiento y tecnología para la Policía y una nueva especialización para los oficiales.