La población siria continúa sufriendo lo que el gobierno de Bashar Al Assad califica de “guerra civil”. Lo que la oposición denunció en marzo de 2011 como la represión por parte del gobierno a manifestaciones pacíficas, se convirtió en enfrentamientos armados entre opositores y fuerzas estatales. Lo que no cambió es que siguen las denuncias diarias de que la mayoría de las víctimas de la violencia son civiles.

Ayer 200 personas cruzaron la frontera con Turquía junto a 85 militares que desertaron. Ya suman 14 generales, según los cálculos de la agencia de noticias AFP, los que dejaron sus puestos. Además los sirios refugiados en Turquía ya son unos 35.000. Algo parecido ocurre en Líbano, que reconoció ayer, por primera vez, que un cohete fue lanzado hacia Siria desde su territorio.

En tanto, Al Assad promulgó ayer tres leyes que endurecen las penas a los condenados por delitos de terrorismo, pero también a quienes lo apoyen o financien, informó la agencia oficial de noticias SANA. Las normas establecen que los funcionarios condenados por terrorismo serán destituidos de sus cargos, y disponen penas de 20 años de prisión y trabajos forzados, además del pago de multas para los mayores de 18 años que cometan secuestros. Si son menores, las penas son de diez años. Además podrán congelarse los fondos de las personas investigadas por ese tipo de crímenes.

En este contexto, todos los actores implicados en Siria coinciden en la urgencia de lograr un consenso para salir de la crisis.

El último punto de desacuerdo entre opositores es la propuesta que surgió de la reunión del Grupo de Acción para Siria de formar un gobierno transitorio, en el que podrán participar figuras del régimen y de la oposición. El principal representante de la oposición en el exterior, el Consejo Nacional Sirio, rechazó esa posibilidad, mientras que desde territorio de Siria, el Consejo de Coordinación Nacional sí aceptó el planteo, pero con una condición: que los miembros del actual gobierno que se integren al de transición no hayan cometido “delitos de sangre”.

Para intentar saldar esas diferencias, los opositores tenían previsto continuar hoy con las reuniones en El Cairo, bajo la órbita de la Liga Árabe, que tiene sede en esa ciudad. Buscaban acercar posiciones sobre un “documento de acuerdo nacional” para la transición. Incluye puntos como la separación entre la religión y el Estado, la alternancia en el gobierno, la igualdad de derechos para todos los ciudadanos o las libertades públicas, informó la agencia de noticias Efe.

Sin embargo, los opositores armados del Ejército Libre Sirio se opusieron a ese encuentro y lo tacharon de “conspiración” por no plantearse la posibilidad de una intervención militar extranjera o el establecimiento de corredores humanitarios.