La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) manifestó ayer su apoyo a Ecuador ante “la amenaza de violación del local de su misión diplomática” por parte del Reino Unido, expresada desde que decidió darle asilo al fundador de la organización WikiLeaks, Julian Assange. Además, el comunicado final de la reunión extraordinaria de cancilleres de la Unasur en Guayaquil exhorta “a las partes a continuar el diálogo y la negociación directa en procura de una solución mutuamente aceptable con arreglo al derecho internacional”.

El bloque más rápido en pronunciarse ante esta situación fue la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (Alba). Se reunió el sábado y advirtió al Reino Unido que enfrentará “graves consecuencias” si cumple su “amenaza”. En el mismo sentido se manifestó el canciller venezolano, Nicolás Maduro: “Ecuador es nuestro hermano y cuando un hermano es amenazado lo que cabe es juntarnos y hacer valer en términos prácticos la palabra solidaridad”.

La OEA, que había anunciado que se reuniría el mismo día que Ecuador dio asilo a Assange la semana pasada, postergó el encuentro para el viernes. Estados Unidos, Canadá y Trinidad y Tobago se opusieron a que se realizara la reunión porque consideran que es un tema bilateral y no regional.

Ayer Assange habló desde el balcón de la embajada ecuatoriana. Hizo un discurso en defensa de la libertad de expresión y pidió al presidente estadounidense, Barack Obama, que haga “lo correcto” y termine con la “caza de brujas” contra WikiLeaks. Señaló ante decenas de personas que esperaban su discurso que “Estados Unidos debe comprometerse ante el mundo a que no perseguirá a los periodistas por arrojar luz sobre los crímenes secretos de los poderosos” y pidió libertad para el soldado Bradley Manning. Ante las cámaras, el fundador de WikiLeaks aseguró que la semana pasada Scotland Yard intentó ingresar a la embajada ecuatoriana y dijo que no pudo hacerlo “porque el mundo estaba viendo”.

Antes de Assange, habló a los medios su abogado defensor, el ex juez español Baltasar Garzón, quien aseguró que iniciarán el camino legal para pedir el salvoconducto y resaltó que su cliente nunca se negó a presentarse ante la Justicia sueca. “Sólo solicita unas garantías que no han sido atendidas”, agregó.

El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, dijo que es “inaceptable” que se dude de la independencia de la Justicia de su país. Se refería a que los defensores de Assange señalan que la Justicia sueca reclama a Assange sólo para extraditarlo a Estados Unidos.