Andrés Manuel López Obrador (AMLO) había anunciado que el 9 de setiembre iniciaría una campaña de “desobediencia civil” como muestra del rechazo a la legitimación oficial de Enrique Peña Nieto como presidente electo de México. Pero la sorpresa que se guardó bajo la manga fue la de su separación de la coalición de partidos Movimiento Progresista, que respaldó su candidatura presidencial, que obtuvo 31,6% de los votos, detrás del 38,2% de Peña Nieto.

AMLO dio un discurso en el Zócalo, en el que rechazó el “fraude electoral” y aseguró que la separación del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el Movimiento Ciudadano y el Partido del Trabajo se dio “en los mejores términos” y no significa una ruptura. Anunció que desde ahora seguirá su campaña desde el Movimiento de Renovación Nacional (Morena), que fundó en 2011 para ampliar su base de apoyo. AMLO agregó que esta semana Morena definirá si continúa como un movimiento o si busca transformarse en partido político.

El PRD contó con AMLO entre sus filas por 23 años y respaldó sus denuncias de fraude, tanto en estas elecciones como en las anteriores, cuando el dirigente de izquierda se negó a reconocer la victoria de Felipe Calderón.

El sábado, antes del anuncio de AMLO, el presidente del PRD, Jesús Zambrano, anunció que su partido reconocía el fallo del Tribunal que ratificó a Peña Nieto como presidente electo. “Hay una sentencia inatacable del Tribunal y somos respetuosos del Estado de derecho”, dijo, y agregó que respetaría la postura de AMLO, aunque sin precisar si la apoyará.

En el acto liderado ayer por AMLO no hubo dirigentes del PRD, mientras que integrantes de Morena aseguraban que una de sus primeras acciones en esta nueva etapa será la de no reconocer a Peña Nieto como presidente electo. Además, se organizarán congresos regionales para que en noviembre se celebre un Congreso Nacional.