“No a las milicias armadas”, “No más Al Qaeda”, “Bengasi se merece algo mejor”, fueron algunas de las consignas que llevaban en pancartas miles de libios que marcharon en las calles de esa ciudad el viernes. Protestaban contra la acción de esos grupos armados y pretendían dejar en manos de las autoridades oficiales los cuarteles que éstos tomaron. “Sí a la integración de los rebeldes en el Ejército”, “La sangre que derramamos por libertad no será en vano”, se leía en carteles en la marcha.
Participaron integrantes del Parlamento local y varias organizaciones sociales, de acuerdo con la agencia de noticias Efe. “Después de lo que pasó en el consulado estadounidense, la gente de Bengasi ha tenido suficiente de extremistas”, dijo a otra agencia, Reuters, uno de los manifestantes, Hassan Ahmed. Algunos acusan a la milicia Ansar al-Sharia (Defensores de la Ley Islámica) del ataque a la sede diplomática del martes 11, en el marco de las acciones contra la película La inocencia de los musulmanes, en el que murieron el embajador Christopher Stevens y otros tres funcionarios estadounidenses. El grupo armado salafista, que niega haber sido responsable, fue uno de los objetivos en la noche del viernes en Bengasi.
Cuando llegó la mañana del sábado, un portavoz de esa milicia dijo a Reuters que había evacuado sus locales “para preservar la seguridad en la ciudad”. Para entonces, 11 personas habían muerto y otras 70 estaban heridas. La violencia de esa noche incluyó el ataque a una milicia que responde al gobierno, que fue confundida con un grupo islamista, y también asaltos a bases de los milicianos de Zalz y Mártires de Abu Salim. Los manifestantes reclamaron al gobierno que asumiera el control de esos locales.
La primera consecuencia política de la protesta del viernes fue el aviso que dio ayer el presidente del Parlamento, Mohamed al Meguerif. Anunció que se puso un plazo de 48 horas a las milicias que no responden al gobierno para que dejen los edificios estatales y se disuelvan, informó ayer la cadena Al Jazeera. “Hemos decidido disolver todas las brigadas y grupos armados que no están bajo la autoridad del Estado y crear un centro de operaciones en Bengasi para reagrupar a las fuerzas armadas, las fuerzas del Ministerio del Interior y las brigadas que dependan del Ministerio de Defensa”, dijo.
Además, Al Meguerif añadió que la decisión incluye la prohibición del “uso de la violencia y el porte de armas en espacios públicos”, y aclaró que dio instrucciones a fuerzas del gobierno para que esas directivas se cumplan.
Los enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y milicias dejaron 19 militares muertos el viernes, y seis soldados asesinados el sábado. Al Meguerif había dicho ese día que si la violencia se salía de control podría ser aprovechada por “los enemigos de la nación”.