La policía chilena detuvo ayer a un tercer sospechoso de causar el incendio y la muerte de un matrimonio de estancieros en La Araucanía, tras un allanamiento en el que se encontraron una escopeta, un revólver y municiones. Este tercer mapuche, del cual no se divulgó el nombre, se suma a otros dos detenidos, los hermanos José y Celestino Córdova Tránsito, en el marco de la investigación del incendio causado por un grupo de personas encapuchadas.

Este caso forma parte de una serie de atentados incendiarios contra viviendas, camiones y maquinaria agrícola, que parece continuar. Ayer se sumó uno más, el octavo, según los medios chilenos, esta vez contra una escuela que es propiedad de un mapuche. Tras apagar el incendio se descubrieron leyendas pintadas en las paredes contra la construcción de un aeropuerto en la zona -una reivindicación mapuche- y contra el dueño del lugar.

También se está investigando en una zona cercana el caso de nueve personas que vivían en una estancia y que fueron amenazadas y retiradas de su casa, que después fue incendiada. Las víctimas contaron a la Fiscalía que los encapuchados les dijeron que eran parte de una organización mapuche que en 2009 había ocupado su terreno porque reivindicaba esa tierra como propia y que cuando les pidieron que dejaran la casa les permitieron retirar algunas de sus cosas.

Diputados de Renovación Nacional, el partido del presidente Sebastián Piñera, manifestaron su preocupación por las fallas de inteligencia policial a las que atribuyen que pueda continuar esta seguidilla de incendios. Según dijo el líder de la bancada en la cámara baja, Alberto Cardemil, esa inquietud fue planteada al fiscal Nacional, Sabas Chahuán.

Paralelamente a la investigación avanza el camino político. Varias organizaciones anunciaron el miércoles que realizarán una Cumbre Mapuche en la ciudad de Temuco, capital de La Araucanía, a la cual fueron invitados Piñera, varios de sus ministros y los precandidatos presidenciales. Entre los temas a tratar se cuentan la recuperación de las tierras ancestrales, la militarización de la zona y un nuevo trato con el Estado. “Aquí no va a haber una cumbre de amigos, no es una cumbre del clientelismo como se ha hecho en los gobiernos anteriores, esto va a ser bajo el principio de la buena fe”, declaró Aucán Huilcamán, líder de una de las organizaciones convocantes, el Consejo de Todas las Tierras.

El gobierno no se ha pronunciado sobre la cumbre. Sí ha trabajado para buscar un acuerdo con los parlamentarios de la zona de La Araucanía de la mano del ministro del Interior, Andrés Chadwick, que en los últimos días ha demostrado ser incluso más partidario de la mano dura que su antecesor, Rodrigo Hinzpeter. En una reunión celebrada el miércoles de noche se encontraron parlamentarios y varios altos funcionarios del gobierno, así como el intendente de La Araucanía, Andrés Molina. Desde el gobierno indicaron al diario chileno La Tercera que se logró un acuerdo para continuar con estas reuniones, que tienen como objetivo sentar las bases para dar una respuesta unánime al conflicto.