“Nuestro viaje no habrá terminado hasta que nuestros hermanos y hermanas homosexuales sean tratados como cualquier otro ciudadano ante la ley. Porque si realmente somos creados iguales, entonces seguramente el amor con el que nos comprometemos con otros debe ser igual también”, dijo ayer el presidente estadounidense, Barack Obama, en la segunda fase de su asunción para su nuevo mandato. El domingo Obama juró formalmente su cargo ante un juez, ya que la Constitución establece que el presidente debe asumir el 20 de enero. Para ayer había quedado la asunción pública, frente al Capitolio.

Durante una celebración, marcada por la austeridad y las diferencias con la asunción de 2009, Obama escuchó a Beyoncé cantar el himno nacional, al reverendo Luis León pronunciar una oración en español y al poeta Richard Blanco -de origen latino y activista homosexual- recitar un poema sobre los inmigrantes que enriquecieron la historia estadounidense.

En su discurso de 19 minutos, el presidente recordó un poco a su asunción anterior cuando se convirtió en el primer presidente negro de su país y dio por terminada la cuestionada administración de George W Bush, con un discurso basado en la metáfora de un viaje que “no estará completo hasta encontrar una mejor manera de dar la bienvenida a los inmigrantes”.

Ante unas 700.000 personas, lejos del 1,8 millón que lo acompañó en 2009, Obama recordó algunas de sus promesas y habló de la importancia de la clase media, el éxito de su plan para contrarrestar la crisis económica y el fin de la guerra de Irak -así como el cronograma para el fin de la de Afganistán-.

También apuntó a los republicanos, que le dificultaron su primer período de gobierno y prometen hacer lo mismo con éste. “No podemos confundir absolutismo con principios, o sustituir espectáculo por política, o tratar los insultos como un debate razonable”, dijo, y se refirió a su próxima batalla: el aumento del techo de deuda que deberá aprobarse antes de marzo para que el país no entre en incumplimiento de pagos. Al respecto, afirmó: “Debemos tomar las decisiones difíciles para reducir el gasto de la atención médica y el tamaño de nuestro déficit [pero] rechazamos la idea de que Estados Unidos debe elegir entre cuidar a la generación que construyó este país o invertir en la generación que construirá su futuro”.