La discoteca Kiss, en la ciudad universitaria de Santa María, a unos 300 kilómetros de Porto Alegre, fue el lugar elegido por los estudiantes de diferentes facultades de la Universidad Federal de Santa María para hacer una fiesta. Aunque se desconocían los detalles al cierre de esta edición, al parecer un equipo de fuegos pirotécnicos, conocido como “Lluvia de plata”, fue encendido en un escenario y unas chispas alcanzaron el techo, lo que incendió la espuma de aislamiento acústico; el fuego se extendió en cuestión de segundos, según los relatos de los sobrevivientes.

“El uso de un equipo no permitido terminó provocando la tragedia”, aseguró el comandante del Cuerpo de Bomberos de Rio Grande do Sul, el coronel Guido de Melo. “Todo comenzó porque utilizaron artefactos pirotécnicos en un local cerrado. Eso generó un incendio y un humo muy tóxico que se expandió rápidamente”, explicó.

Algunas versiones señalan que el equipo fue encendido por una banda que estaba tocando en ese momento, Gurizada Fandangueira, aunque otras indican que ellos ya se habían ido del escenario cuando fue encendido y que no formaba parte de su espectáculo.

El fuego generó pánico y, según contaron los sobrevivientes, los miembros de la seguridad privada cerraron las puertas. No se habían enterado de lo que había sucedido y quisieron evitar que los jóvenes se fueran sin pagar lo que habían consumido. Esta situación, sumada a una avalancha de personas que intentaban salir -se estima que había unas 2.000 dentro del local-, causaron muertes por asfixia. El capitán de la Policía Militarizada, Edi Paulo García, dijo que la mayoría de los 233 cuerpos fueron encontrados amontonados y sin quemaduras. También se encontraron decenas de cadáveres en los baños, a los que algunos corrieron a buscar aire y salidas secundarias, que no había. Además de la puerta principal, había una única salida de emergencia, que enseguida quedó obstaculizada por los cuerpos. Por eso los bomberos tuvieron que abrir un boquete en la pared para poder entrar y salir.

Tardaron unas tres horas en apagar por completo el fuego y en ese tiempo se fueron instalando salas de emergencia improvisadas en los alrededores de la discoteca.

Reacción rápida

En el correr de la tarde de ayer se supo que la licencia de funcionamiento de la discoteca había vencido en agosto y nunca fue renovada. La Policía informó que los dueños de Kiss, Mauro Hoffman y Elisandro Spohr, abandonaron sus casas y no se sabe dónde están, pero no se había emitido ninguna orden de detención por el incendio.

Desde Santiago de Chile, donde participaba en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dio una conferencia, en la que terminó visiblemente emocionada, con el anuncio de que cancelaba su participación en el encuentro: “Ante lo ocurrido, quien precisa de mí en este momento es el pueblo brasileño, y es allá donde tengo que estar”. A su llegada, Rousseff fue a Santa María con varios de sus ministros.

El ex presidente Lula da Silva expresó en un comunicado su “solidaridad a los amigos y familiares de las víctimas y a toda la población de la ciudad, pero en particular a los padres y madres por las pérdidas irreparables”. A su vez, el gobernador de Rio Grande do Sul, Tarso Genro, dijo en Twitter: “¡Domingo triste! Estamos tomando las medidas adecuadas y posibles”.

El rector de la Universidad Federal de Santa María, uno de los centros educativos más importantes del país, Felipe Martins Müller, declaró el luto en la institución y convocó a “todos los psicólogos y asistentes sociales de la universidad” a que ayuden a los familiares de las víctimas y a los demás estudiantes.

Por su parte, el alcalde de Santa María, Cezar Schirmer, decretó luto oficial de 30 días y anunció la contratación inmediata de profesionales de la salud, “incluyendo psicólogos y psiquiatras, para dar asistencia a las familias que tuvieron a sus hijos y parientes entre las víctimas”. También fueron suspendidas otras actividades, el torneo de fútbol local así como algunos recitales y actividades públicas.