“La presidenta de la Nación ya está en su habitación, rodeada de su familia” y “de muy buen ánimo”, anunció ayer el secretario de Comunicación Pública del gobierno argentino, Alfredo Scoccimarro. Informó que la cirugía a la que se sometió Cristina Fernández para evacuar un hematoma causado por un golpe en la cabeza se desarrolló “sin complicaciones”. Sus palabras fueron interrumpidas por aplausos, cánticos y gritos de partidarios de la presidenta, que esperaban con carteles afuera de la Fundación Favaloro, donde ella estaba internada. “¡Aguante Cristina, carajo!”, fue la primera reacción de un militante, según el diario La Nación.

Otro periódico que se ha enfrentado al gobierno, Clarín, señalaba que en Twitter se publicaban 50 mensajes por minuto acerca de este tema, tanto a favor como en contra de la mandataria. También se mencionaba que en realidad no es el vicepresidente, Amado Boudou, quien toma las decisiones en su ausencia, sino un hombre de confianza de Fernández, el encargado de la Secretaría Legal y Técnica de Presidencia, Carlos Zannini. En este contexto el medio difundió una encuesta de la empresa Polldata sobre el efecto que este episodio puede tener en las próximas legislativas, que concluyó que 61% no cambió su sentir hacia Fernández, mientras que 32% sintió algo más de afecto o simpatía por ella y que a 53,4% le genera “intranquilidad” lo “que pueda pasar en el país a raíz de esta afección de la presidenta”.