La intervención empezó a primera hora de la mañana -a las 4.20 locales, según un guardia de seguridad consultado por la agencia de noticias AFP- y 20 minutos después llegaban los primeros manifestantes a apoyar a los ex trabajadores de ERT, que desde hacía cinco meses ocupaban la sede y continuaban emitiendo por internet.

Lo hacían a pesar de que el 11 de junio el gobierno decretó la eliminación del ente, apremiado por los recortes en el presupuesto exigidos por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Unión Europea (UE), a cambio de liberar nuevas partidas del rescate financiero para el país en crisis. Esto supuso el despido de 2.600 personas, de las cuales algunas se turnaban para mantener la medida de lucha desde entonces.

ERT fue sustituida en julio por la televisión pública DT, que en agosto empezó a emitir en directo desde un estudio precario y de manera provisoria. Está previsto que a partir de enero esté operativa la nueva radio y televisión pública, que se llamará Nerit. El cierre del ente público casi causa la caída del Ejecutivo, porque uno de sus socios, Izquierda Democrática, abandonó por este motivo, en junio, la coalición liderada por el primer ministro Antonis Samaras.

El desalojo de ayer también tuvo su impacto en los griegos. Cuatro ex empleados de ERT fueron detenidos, entre ellos un dirigente sindical y un periodista, que quedaron libres horas después. Sindicatos y sectores de la izquierda convocaron a manifestar frente a la sede, protegida por un cordón policial que incluso impidió el acceso a legisladores opositores, de acuerdo a la crónica que el historiador y etnólogo griego Panagiotis Grigoriou, publicó en su blog Greek Crisis.

El operativo coincidió con una nueva visita de los acreedores de Grecia para estudiar la posibilidad de conceder un nuevo préstamo de 1.000 millones de euros a cambio de más achiques presupuestales. Además, varios medios estiman que se dispuso el procedimiento policial porque Grecia asume en enero la presidencia rotativa de la UE y quiere poder informar de su gestión mediante el nuevo ente estatal.

De acuerdo con el gobierno, el desalojo era necesario para “aplicar la ley y restablecer la legalidad”. El vocero del Ejecutivo Simos Kedikoglou, ex empleado de ERT, aseguró que el canal estaba “bajo ocupación ilegal”.

Según Grigoriou, el último periodista que habló en ERT ayer, Nikos Tsimbidas, dijo: “De ahora en más ya no escucharán la voz libre de la única radiotelevisión pública, buen día a la Grecia del siglo XXI, de los años 30 y de la Edad Media. Es el final”. También informó que varios periodistas y diputados del principal partido opositor, Syriza (Coalición de Izquierda Radical), fueron golpeados por efectivos policiales. “Estamos en un régimen dictatorial parlamentario”, afirmó el jefe de bancada de ese partido, Panagiotis Lafazanis, a la radio local Real-FM.

Para el etnólogo griego, lo que ocurre en su país se enmarca en un fenómeno más amplio, y mencionó el cierre previsto para mañana de la española Radio y Televisión Valenciana, cuyos locales están ocupados por sus trabajadores. En tanto, el canal griego emitía ayer imágenes de una sala de noticias vacía, con el texto “ERT pertenece a todos los griegos”.