En una carta abierta publicada por el diario Folha de São Paulo y dirigida al “pueblo de Brasil”, Snowden reitera los argumentos que lo llevaron a hacer públicos los documentos que dieron a conocer el espionaje de gran alcance que lleva adelante la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA, por sus iniciales en inglés). También afirma que la NSA rastrea “5.000 millones de veces por día” la ubicación de las personas por medio del celular, que mantiene registro de los accesos a internet y que guarda las conversaciones telefónicas “por cinco años o más”.

Snowden defiende la postura de Brasilia en su reclamo por este tema a Estados Unidos, y señala que si bien los senadores de ese país dicen “que Brasil no debería preocuparse porque eso no es ‘vigilancia’ sino ‘recolección de datos’ [...] están equivocados [...] esos programas nunca fueron motivados por la lucha contra el terrorismo: son motivados por espionaje económico, control social y manipulación diplomática”.

Además, el ex técnico de inteligencia recuerda que los senadores que conforman la comisión investigadora sobre el espionaje -que se formó en el Parlamento brasileño- le pidieron información. Dice que en respuesta les expresó su disposición “a ayudarlos cuando fuera apropiado y legal”. Esto podría ser una referencia a que Rusia le otorgó asilo temporal con una condición: el presidente ruso, Vladimir Putin, exigió “que cese sus actividades que perjudican a nuestros socios estadounidenses”.

A continuación Snowden precisa: “Hasta que un país me conceda asilo político permanente, el gobierno de Estados Unidos va a continuar interfiriendo con mi capacidad de hablar”. Esta frase fue interpretada como un pedido indirecto de asilo a Brasil. Esa interpretación no llegó sola, sino acompañada por declaraciones del periodista de The Guardian Glen Greenwald, quien publicó las filtraciones, y su pareja, el brasileño David Miranda, quienes anunciaron que harán una campaña para que el gobierno brasileño conceda asilo a Snowden. “Brasil es un lugar ideal por ser un país fuerte políticamente y donde las revelaciones tuvieron un impacto real”, opinó Miranda.

Ésta sería la segunda vez que Snowden pide asilo a Brasil; ya lo había hecho en junio, tras hacer las primeras revelaciones, cuando presentó solicitudes en este sentido a 21 países. En ese entonces Brasil respondió que no otorgaría el asilo y que no respondería a la solicitud. En conversación con estudiantes universitarios, el ahora ex canciller Antonio Patriota dijo que “Brasil no le concedió asilo porque otros países se lo concedieron antes”, refiriéndose a que Venezuela y Bolivia, entre otros, le ofrecieron refugio. Dos meses después llegaron las revelaciones sobre el espionaje de la NSA sobre Petrobras y la cancelación del viaje de la presidenta Dilma Rousseff a Estados Unidos, una medida fuerte, que podría ser acompañada por un cambio de postura del gobierno brasileño frente a la solicitud de asilo de Snowden.

Bajo la manga

Mientras Snowden busca dónde asilarse, en la NSA reina la preocupación por la información que todavía no ha revelado. Así lo reconoció en entrevista con la cadena CBS Richard Ledgett, un alto funcionario de la agencia que se encargó de investigar el alcance de la información a la que accedió el ex analista de la CIA mientras trabajaba como tercerizado en la NSA.

Ledgett dijo que la información que más dañaría a los intereses estadounidenses sería aquella que revela qué sabe y qué no sabe la inteligencia de ese país sobre terroristas, porque para ellos sería como una “guía” de cómo tienen que comportarse para evitar ser espiados. Ante esta afirmación, el periodista John Miller le consultó si, dado el potencial daño que podría hacer Snowden a la seguridad estadounidense, se podría considerar la posibilidad de un acuerdo con él. “Desde mi punto de vista la respuesta es sí, vale la pena tener una conversación sobre eso”, respondió Ledgett. Precisó que ésa no es una mirada unánime dentro de la NSA. Entre los que se oponen está el director de la agencia, Keith Alexander, quien señaló que no quiere “que el próximo que haga lo mismo [que Snowden] huya a Hong Kong y Moscú con otro paquete de datos sabiendo que puede llegar al mismo acuerdo”.

También la Casa Blanca salió al cruce de Ledgett -quien dice tener conocimiento preciso sobre qué documentos tiene Snowden-. “El señor Snowden está acusado de delitos y deberá regresar a su país a hacer frente a esos cargos”, dijo en un comunicado.

Además de la revisión de los programas de espionaje de la NSA, las filtraciones de Snowden motivaron varias denuncias ante la Justicia, una de las cuales prosperó ayer en un tribunal federal. El juez Richard Leon consideró que el espionaje de metadatos de llamadas telefónicas de los ciudadanos estadounidenses podría violar el derecho a la privacidad, establecida en la cuarta enmienda de la Constitución, por lo que “muy probablemente” sea inconstitucional. En el dictamen en el que determinó que investigará la denuncia, agregó que el Departamento de Justicia no demostró que la recolección de esos datos haya detenido ataques terroristas.