En las primeras horas de las elecciones de ayer emitieron su voto el primer ministro renunciante, Mario Monti, el líder del Partido Democrático, Pierluigi Bersani, el presidente, Giorgio Napolitano, y el ex primer ministro y líder de las fuerzas de centroderecha Silvio Berlusconi.

La de Il Cavaliere fue una votación particular, ya que lo esperaban tres mujeres desnudas de la cintura para arriba integrantes del grupo feminista Femen, gritando “basta Berlusconi”. El ex primer ministro es reconocido por tener muy poco respeto hacia las mujeres y está acusado judicialmente en el llamado “caso Ruby”, por promover la prostitución de menores.

La Policía reprimió a las tres mujeres para que no molestaran a Berlusconi mientras votaba. Cuando los fotógrafos y camarógrafos que lo rodeaban le pidieron que mirara hacia la izquierda, Berlusconi aprovechó la oportunidad para bromear: “A la izquierda me resulta un poco difícil”.

Las elecciones de ayer estuvieron precedidas por un anuncio que la Fiscalía hizo el viernes de que comenzará a investigar una de las últimas movidas electorales de Berlusconi. El ex primer ministro envió nueve millones de cartas a votantes, explicándoles cómo podrían -si él es electo- solicitar la devolución de lo que se les cobró por el impuesto sobre la vivienda, que el gobierno de Monti reinstauró y que él prometió que derogará. Las cartas dieron lugar a confusiones y cientos de personas las tomaron por comunicaciones oficiales y se presentaron ante distintos organismos estatales para reclamar la devolución de ese dinero. La investigación se inicia a raíz de una denuncia presentada por un candidato al Parlamento de la región de Lazio, que asegura que fue un delito de estafa y de compra de voto por parte de Berlusconi.

Pero lo más interesante del viernes fue el cierre de campaña del Movimiento 5 Estrellas, autodefinido como “antipolítico”, y liderado por el cómico Beppe Grillo. Se organizó en la Plaza de San Juan de Letrán, en Roma, un lugar usualmente utilizado para movilizaciones por los trabajadores y la izquierda, pero que en esta ocasión no había albergado ningún acto electoral. El encuentro comenzó con una mala noticia para los periodistas italianos, que no pudieron acceder a las zonas destinadas a la prensa porque la organización acreditó solamente a los corresponsales de medios extranjeros.

Grillo consiguió colmar la plaza, que tiene capacidad para unas 70.000 personas. Ante ellas volvió a dar un discurso contra la clase política, recordó las denuncias de corrupción que la acechan y reivindicó que se pague una renta a desempleados y pobres.

Esta demostración de la popularidad de Grillo prendió otra vez las luces de alerta. Las encuestas realizadas por los partidos advierten desde hace semanas un crecimiento constante del Movimiento 5 Estrellas y de la posibilidad de que resulte segundo en los comicios. Las últimas encuestas -que ya tienen más de 15 días, porque su difusión está prohibida durante las dos semanas previas a la votación- auguraban un escenario más que reñido.

Si bien concluían que la izquierda obtendría la mayor cantidad de votos, y por tanto contaría con la mayor bancada en la Cámara de Diputados (de 630 escaños), las mayores dudas residían en el Senado (de 315 asientos), donde los escaños son repartidos acorde a las victorias partidarias en las 20 regiones italianas. A este escenario, ya de por sí incierto, se sumó en la semana pasada un nuevo sondeo publicado en el diario Corriere della Sera sobre la participación en estos comicios, en el que se señaló que un tercio del electorado aún no había decidido por quién votaría o si participaría en las elecciones. Encuestas anteriores también habían advertido que un quinto del electorado se mostraba proclive a cambiar su opción a la hora de sufragar.

Las votaciones clave para la conformación del Senado son las de Lombardía, Sicilia, Campania y Véneto, porque son las regiones que cuentan con una mayor representación en la cámara alta. Las dos primeras, que suelen inclinarse a la derecha, según los sondeos tendrán resultados ajustados, mientras que Véneto se volcaría a la centroderecha. Por su parte Campania se uniría a otras 17 regiones en las que la izquierda podría ganar las elecciones, según informó ayer en una columna en el diario español El País el dirigente izquierdista Luciano Vecchi.