“Aquí hay que buscar un equilibro adecuado: controlar los abusos de la prensa, pero sin que se caiga en censura previa”, dijo Correa, reelecto el domingo con 56,7% de los votos, en una entrevista con el diario argentino Página 12 publicada ayer. Se refería a su intención de aprobar una Ley de Comunicación en el mandato que comenzará el 24 de mayo. Explicó que en su país ya “hay ley de medios, una ley de la época de la dictadura, claro, sólo para medios audiovisuales e impresos. Y tiene un consejo controlado completamente por el Ejecutivo, que puede hasta suspender canales de televisión”.

Correa se reunió ayer con la prensa extranjera en Quito. En esa instancia el tema de la relación con los medios ocupó un lugar central. De acuerdo al periódico digital del gobierno de Ecuador, El Ciudadano, el mandatario se refirió a las críticas que recibió su administración por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) hace meses, cuando el organismo advirtió sobre supuestos ataques a la libertad de expresión en el país. “No nos engañemos. ¿Por qué de las ocho relatorías que tiene la CIDH la única que tiene financiamiento propio es la relatoría de la Libertad de Expresión? ¿La libertad de expresión es más importante que otros derechos? No. Los niños, mujeres y discapacitados no tienen capitales detrás de ellos”, dijo el presidente y afirmó que el dinero para esa relatoría llega de Estados Unidos.

Correa mantuvo duros cruces con la corresponsal del diario argentino La Nación, medio del que dijo tener “el peor de los conceptos” y contra el cual también arremetió en su diálogo con Página 12. Consultado sobre cuál será su relación con los medios en su próximo mandato, Correa respondió: “Contra la prensa corrupta siempre lucharemos”. Además aseguró que los medios mienten “descaradamente” y que en lugar de decir que su gobierno persigue a los medios, “la realidad” es que “los políticos honestos que tratan de cambiar la realidad” de Ecuador son “perseguidos por periodistas y poderes mediáticos corruptos”.

También volvió a hablar de la declaración que hizo hace meses, durante un viaje a Argentina, sobre el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994: “Conozco ese caso. Es muy doloroso para la historia argentina, pero vea cuántos murieron en el bombardeo de la OTAN a Libia”.

Ayer dijo que esas palabras “causaron cierto revuelo en ciertos sectores de la oposición, en ciertos grupos de interés” y aclaró que La Nación le había preguntado sobre la AMIA cuando él se estaba refiriendo a la “doble moral” que hay en el mundo. “Si yo hubiese cometido una imprudencia, me arrepentiría. Pero no la cometí. Pocas veces vi tan mala fe para descontextualizar mis declaraciones, que no tenían nada que ver con la AMIA”, aseguró. “Que se arrepientan los de mala fe, que tratan de distorsionar todo. Un abrazo a los argentinos, y al pueblo argentino y al pueblo de Israel”, terminó.

El domingo, había dicho que su victoria en las urnas era una derrota para “la prensa corrupta, mercantilista” y opinó que “Ecuador y América Latina tienen la peor prensa”. Agregó: “Tenemos que lograr una sociedad donde manden los ciudadanos, no alguien que tuvo plata para comprarse una imprenta”.

En declaraciones a Página 12 dijo que no conoce el detalle de la Ley de Comunicación impulsada por su partido en la Asamblea Nacional y que pidió información al presidente de ese órgano, Fernando Cordero. Este último dijo el miércoles que la norma debería votarse en mayo, ni bien asuma la nueva legislatura. La constitución aprobada por referéndum en 2008 especifica la necesidad de esa ley y además, una consulta popular realizada en 2011 ratificó ese punto.

En julio la norma no pudo ser aprobada por falta de mayoría parlamentaria, algo que no ocurrirá en el próximo período porque Alianza PAIS tiene los dos tercios de escaños necesarios para reformar la Constitución (según Correa, logró 97 o 98 escaños de 137). El presidente dijo que tiene planes de aplicar esa reforma, que será parcial y no buscará abrir la puerta a su reelección.