Todo puede pasar en Israel en las próximas semanas. Luego de haber lanzado un ataque aéreo contra Siria, ese último país, pero también Irán, aliado de Damasco, amenazan con represalias. "El régimen sionista se va a arrepentir" y "el mundo islámico no permitirá una agresión contra Siria", advirtió ayer desde Damasco el secretario del Consejo Superior de Seguridad Nacional iraní, Said Jalili.

Por otro lado, en el marco del conflicto con los palestinos, que están ganando puntos en el ámbito internacional en su ofensiva diplomática desde hace varios meses, aún está latente la operación militar que lanzó Israel sobre Gaza en noviembre, y las tensiones se mantienen. Ayer, el movimiento palestino Hamas, que gobierna la Franja de Gaza, denunció el arresto de unos 20 de sus militantes, entre ellos tres diputados, en una serie de redadas realizadas en Cisjordania. Israel informó que eran 25 los detenidos pero no dio más información.

De acuerdo a la agencia palestina de información Wafa, el diputado Ahmad Atun, expulsado por Israel de Jerusalén el año pasado, Hatem Qufeisheh, de Hebrón, y Mohamad Al Tul, de Dahrieh, son los legisladores capturados. De acuerdo al Club de Prisioneros de Palestina, citado por la agencia de noticias Efe, las fuerzas israelíes detuvieron a 40 personas en Cisjordania en 48 horas.

Hamas tiene 74 diputados de los 132 que constituyen el Consejo Legislativo Palestino, una instancia que reúne a los representantes de Cisjordania y Gaza, lo que vendría a ser el Poder Legislativo del Estado en construcción. Desde ayer son 12 los diputados de Hamas que están detenidos por Israel.

En un comunicado una de las dirigentes de la Organización para la Liberación de Palestina, Hanane Achraoui, condenó las últimas detenciones y las calificó de "planes deliberados para desestabilizar" la interna palestina y sus instituciones "legislativas y ejecutivas, y afectar a la reconciliación nacional" entre las dos principales fuerzas políticas que intentan superar sus divisiones desde hace años, Al Fatah (de Mahmud Abas) y Hamás. Además, opina que esas prácticas que "afectan la inmunidad de los diputados electos son una violación flagrante al derecho internacional".

Juego de equilibrismo

En este panorama regional delicado ante un posible conflicto con Siria e Irán y la amenaza palestina de una denuncia ante la Corte Penal Internacional, se agrega, para Netanyahu, la necesidad de un ejercicio de negociaciones en su país. Como su alianza electoral, Likud Beitenu, obtuvo menos bancas de lo esperado (31 de 120), todo indica que sus chances de seguir liderando el próximo gobierno dependen de su capacidad a la hora de lograr que el partido Yesh Atid -centro, 19 bancas y favorable a la solución de dos Estados- conviva en un mismo Ejecutivo con el partido nacionalista religioso Hogar Judío -12 escaños, afín a los colonos y visceralmente opuesto a la posibilidad de un Estado palestino-.

El diario israelí Maariv, que sólo se publica en hebreo, asegura, de acuerdo a la agencia de noticias Efe, que Yesh Atid hizo un pacto con Hogar Judío: ninguno de los dos partidos entrará en la coalición de gobierno sin el otro. Esto le complica aún más el panorama a Netanyahu, pero le da un mayor margen de maniobra a las dos fuerzas políticas.

Además, Netanyahu y su equipo mantuvieron conversaciones con los ultraortodoxos sefaradíes de Shass y ayer iniciaban contactos con los ultraortodoxos ashkenases de Judaísmo Unificado de la Torá (siete escaños) y con los centristas Hatnouah (seis) y Kadima (dos).

La prensa israelí especula con que Yaïr Lapid, el líder de Yesh Atid, podría recibir una cartera prestigiosa, ya que su partido llegó segundo en las elecciones, por lo que podría quedar al frente de la cancillería, del Ministerio de Finanzas o de Defensa, pero como es ex periodista y carece de experiencia en esos temas no se descarta que se le asigne la cartera de Educación, que le interesa.

A las exigencias de sus potenciales colaboradores en el gobierno, se suman las promesas de Netanyahu, que basó su campaña electoral en la “seguridad” del Estado. El líder de centroderecha dice que su prioridad será “impedir que Irán se dote del arma atómica” y “enfrentarse a los otros tipos de armas letales que se acumulan” en la región y “amenazan” a ciudades y ciudadanos israelíes.

Respecto de los palestinos, Netanyahu, que se niega a detener la colonización e incluso le dio un empuje en respuesta al reconocimiento de Palestina por parte de la Organización de las Naciones Unidas como Estado no miembro, asegura que se comprometerá a favor de “la paz”.

Otro desafío del probable próximo primer ministro en su segundo mandato será que deberá recortar el presupuesto aún más de lo previsto, debido a los gastos que supuso el ataque contra Gaza en noviembre. En 2012 los recortes y la situación económica impulsaron manifestaciones y un descontento masivo en la población israelí, algo que para algunos observadores explica el éxito electoral de Yesh Atid y de Hogar Judío.