Benedicto XVI habría renunciado al papado tras recibir un informe en el que se revelan luchas por poder, dinero y sexo. Así lo informó el diario italiano La Repubblica, que accedió al informe final que tres veteranos y expertos cardenales comenzaron a hacer por orden del papa tras la filtración de documentos oficiales de la Iglesia Católica, conocida como Vatileaks.

La investigación, que duró ocho meses y está basada en entrevistas, fue realizada por Jaime Herranz, jurista emérito del Opus Dei, Salvatore De Giorgio, ex arzobispo de Palermo, y Josef Tomko, ex jefe de los servicios secretos vaticanos, que fueron disueltos años atrás.

El informe fue entregado el 17 de diciembre, y en éste se denuncia, según el diario italiano, la existencia de chantajes desde fuera del Vaticano (“influencias externas”) a curas por “sus vínculos de naturaleza mundana”, en referencia a relaciones homosexuales con laicos. Se señala la existencia de una “red transversal dentro del Vaticano”, de vínculos sexuales, formada por sacerdotes que fueron presionados por personas laicas que conocieron o compartieron estas actividades. El artículo identifica lugares de encuentro para estos curas, entre ellos un sauna en Roma, una residencia universitaria y una casa “utilizada como domicilio romano por un arzobispo”.

De acuerdo con el diario, el informe se refiere a un escándalo probado como una de las muestras de las decenas que se ocultan en el Vaticano. En 1995 Angelo Balducci fue nombrado gentilhombre por Juan Pablo II, uno de los máximos títulos a los que puede acceder un laico. Balducci era en 2010 el presidente del Consejo Nacional de Obras Públicas del gobierno de Silvio Berlusconi y era investigado por corrupción cuando agentes que habían intervenido su teléfono descubrieron que solía utilizar como intermediario a un cantor de una capilla de la basílica de San Pedro para contratar los servicios sexuales de hombres jóvenes. En las grabaciones se podía escuchar al cantor diciéndole a Balducci frases como: “Tengo un bailarín de la RAI...”. Ese escándalo le valió a Balducci la retirada del título que le había otorgado Juan Pablo II.

Otras escuchas llevaron a que fuera procesado por corrupción -permanece en prisión- junto a varios curas involucrados tanto en delitos económicos como, en algunos casos, en escándalos sexuales.

En el informe también aparecen indicios de que Marco Simeon, ex director de la RAI en el Vaticano, que ya fue destituido, es una de las personas que se encargaba de conseguir a los sacerdotes lugares donde mantener relaciones sexuales.

Federico Lombardi, vocero del Vaticano, dijo que estas revelaciones son “fantasiosas”, aunque no negó que existan rumores sobre estos eventuales escándalos y manifestó: “No falta quien trata de aprovecharse del momento de sorpresa y de desorientación de los espíritus débiles para sembrar confusión y desacreditar a la Iglesia y a su gobierno, recurriendo a métodos antiguos como la murmuración, la desinformación y, a veces, la calumnia”.

A su vez, un comunicado de la Secretaría de Estado del Vaticano consideró: “Es deplorable que, según se acerca la fecha del cónclave [que debe elegir un nuevo papa], se multiplique la difusión de noticias a menudo no verificadas que causan un gran daño a la institución y a sus integrantes”.

Los escándalos sexuales, en particular los de abusos contra menores cometidos por sacerdotes, han sido uno de los problemas más graves que enfrentó en su papado Joseph Ratzinger, y parecen no terminar. Ayer mismo el periódico británico The Observer informó que el cardenal Keith O’Brien, presidente de la Conferencia Episcopal Escocesa, fue denunciado por “comportamiento inapropiado” hacia otros sacerdotes.