-Desde que fue electo presidente en 2007, Correa no perdió ninguna de las elecciones a las que se sometió en 2008, 2009, 2011 y 2013. ¿Cómo lo explica?

-Esto es el peronismo de los años 30, eso es Ecuador ahora mismo. Hay un líder muy carismático, con mucha satisfacción popular, que puede articular, en términos políticos e ideológicos, gente que viene desde la izquierda hasta la derecha. También puede aglutinar a gente que, en términos de valores, viene de lo más conservador a lo más liberal. Puede capturar, alrededor del Movimiento Alianza PAIS, un espectro tan amplio como el de las cuatro dimensiones que acabo de plantear. Entonces hay una convivencia. Porque hay un empresariado que está muy contento con Correa; no es cierto que todo el sector privado y el empresariado en general estén muy en desacuerdo con Correa. Sí hay un sector que ha sido golpeado, pero una buena parte del sector empresarial ha tenido niveles de ingresos y utilidades en estos años que no habían tenido ni aun con los gobiernos que se decían de centroderecha. También tienes un sector de los medios de comunicación muy contento.

-Desde afuera no parece que los medios estén muy contentos.

-Hay un sector de los medios que está contento porque no ha sido tocado ni afectado, sino que, al contrario, ha recibido utilidades muy altas. No me refiero a la prensa que maneja el gobierno sino a prensa privada.

-¿A qué medios de prensa privados se refiere?

-El Mercurio, de Cuenca, por ejemplo, y varios medios de comunicación que maneja un grupo importante de Cuenca [no quiso dar el nombre]. Esos medios nunca han sido tocados porque son cercanos al gobierno. Existe una confrontación que llega ya a rasgos bélicos, pero no es con todos. Correa dice que la prensa tiene concentrado el poder, que hay medios de comunicación que al mismo tiempo son dueños de instituciones financieras y que eso hay que repudiarlo, y es cierto. Pero eso no ocurre con todos. Los que no son aliados han recibido agresión permanente y han dado golpes también. Hay una guerra recíproca. Entonces vuelvo al peronismo: el malo es el que no está con él. Lo que importa es estar del lado correcto. Todos estos sectores que son cercanos al gobierno lo son por una red permanente de flujos de recursos económicos que alimentan a todos y de la cual todos se benefician, independientemente de su orientación política. Hay plata para todos. Toda la gente que está del lado del presidente Correa obtiene sus réditos económicos, sociales, de movilidad, o políticos.

-¿Entonces cómo se define Alianza PAIS?

-En realidad no tiene orientación ideológica. Es peronismo, es Cristina [Fernández, la presidenta argentina] y era el ajuste estructural [del ex presidente argentino Carlos] Menem. Hay de todo, gente de izquierda y de derecha. Conviven porque saben que la forma de vivir políticamente es estando ahí. Por ejemplo, en Ecuador el gobierno dice que es de izquierda, que es soberano, que no hace acuerdos con el FMI [Fondo Monetario Internacional] ni con Estados Unidos. Pero hace acuerdos con China porque es un país alternativo. China le presta a Ecuador créditos con una tasa de 7%, mientras que el FMI otorga los mismos créditos al 2%. Por otro lado decimos que es un gobierno progresista, que defiende las libertades, pero impulsa un código penal –que ahora está en la Asamblea en segundo debate- en el que la idea fundamental para reducir la inseguridad es aumentar las penas, una propuesta tradicional de la derecha conservadora. Al mismo tiempo hay una mejora en infraestructura y en la educación, que me parece que es lo mejor que ha hecho el gobierno. Pero son así: giran por la derecha, luego por la izquierda y luego son conservadores y luego liberales. Es que no existe un movimiento: existe un caudillo con muchísima capacidad de arrastre popular y mucho carisma, al cual todos terminan por aliarse.

-Correa asegura que no se presentará a otra elección y que su “Revolución Ciudadana” seguirá sin él. ¿Es eso posible?


-Imposible que siga sin él. Simón Bolívar, el libertador, hizo un discurso precioso en el que se opuso a la reelección de los presidentes porque es antidemocrática. Pero el mismo Bolívar hizo luego una declaración en la que defiende a rajatabla -en su propio beneficio- las necesidades de un presidente vitalicio. Volviendo al caso de Perón, en un momento se opuso a la “perennización” de los líderes en la legislatura ,y luego defendió ante la misma legislatura la posibilidad de reelección. El presidente [Correa] ha dicho muchas cosas que no tienen que ver entre sí. Si revisas la declaración del sábado [23 de febrero, que se extiende por 2.49 horas y se puede consultar en http://ladiaria.com.uy/UCa] en su enlace sabatino, dice, palabras más, palabras menos, que si sigue la presión, él se vuelve a presentar. Se va a lanzar a la reelección porque sin él Alianza PAIS no es nada. Es posible que más allá de sus propios deseos de reelección, llegue a tener muchísima presión de líderes de diferentes sectores políticos y sociales para que se presente , porque no pueden vivir políticamente si no es en función del presidente. No hay en Alianza PAIS un solo cuadro político que pueda tomar la posta de Correa, porque durante todo este tiempo no se preocuparon de estructurar una organización política con ideas, con un proyecto que vaya más allá del presidente y porque el mismo Correa también se ha encargado de evitar que surjan otros liderazgos.

-¿Cómo queda parada la oposición después de esta derrota? ¿Va a cambiar sus métodos?

-Había dos o tres tipos de oposición. Unos eran de izquierda, que eran los disidentes de Correa Alberto Acosta y Norman Wray. Su resultado es un mensaje tácito del oficialismo a sus partidarios: “Si tú te vas de Alianza PAIS éste es tu resultado político”. No alcanzaron 5% entre los dos. Esa izquierda termina licuada por el discurso oficial del presidente. La otra oposición es más de centroderecha y habrá que ver si pueden consolidar una propuesta. Pero ahora no existe una oposición fuerte. Buena parte del triunfo de Correa responde a gente que no está conforme con él, pero que al observar cuáles son las opciones no las encuentra, y termina votando por él, porque es un buen candidato y del otro lado no tiene nada sostenible. Guillermo Lasso está empezando en la política y se le tacha de ser banquero. Él podría ser una opción pero va a depender de que se encargue de elaborar una estructura partidista nacional, que tenga ideas que vayan más allá del liderazgo que puede llegar a tener él. Pero si esto no sucede, hay una altísima probabilidad de que haya una reforma constitucional y que en la próxima elección el presidente Correa sea candidato.

-Se acusa a Correa de no tolerar las críticas.

-Las críticas en el país han sido castigadas con juicios penales. Es cierto que Correa ha hecho una buena obra en términos sociales, pero tiene una carencia profunda de tolerancia democrática. Cualquier crítica, cualquier opinión, aunque no venga de la oposición política, incluso si viene de diversos actores sociales, es muy mal recibida por el gobierno y reprimida en términos que no corresponden en una convivencia democrática.

-¿Correa es antidemocrático?

-Yo creo que sí. Creo que no entiende lo que es la lógica de la convivencia democrática. Hay una sabatina que es muy llamativa en la que él dice: “Para hacer críticas ganen elecciones”. No importa quién sea, un analista incluso. Para él, el que gana en las urnas es el único que está capacitado para hablar de política y opinar sobre el país.

-¿Cómo cree que va a ser el próximo gobierno?

-Las iniciativas del Poder Ejecutivo van a pasar sin problema en la legislatura, lo cual en principio no me parece mal, porque va a haber gobernabilidad. El reto es que las políticas públicas sean bien elaboradas porque ya no van a tener ninguna razón para argumentar que la oposición no les permite legislar. La población les ha dado legitimidad en las urnas tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo, lo cual es totalmente democrático, y ahora vamos a ver cómo es un gobierno de Alianza PAIS sin ningún tipo de restricción.