El flamante papa eligió el nombre de Francisco, en referencia a San Francisco de Asís, “un reformador desde la pobreza”, dijo a la diaria Luis del Castillo, obispo emérito de Melo, en una conversación telefónica desde Roma, donde se encuentra por una cumbre de la Oficina Católica Internacional para la Infancia.
También destacó que antes de dar la tradicional bendición “Urbi et Orbi” el nuevo papa haya pedido oraciones para el renunciante Benedicto XVI y para él, en silencio. En opinión de Del Castillo, es “sorpresivo” que Francisco se haya puesto “casi de rodillas” ante la multitud en la plaza San Pedro del Vaticano. Esa actitud muestra la personalidad de Bergoglio, que como arzobispo de Buenos Aires era “muy cercano a cada uno de sus sacerdotes” y que mostraba “atención y escucha a cada uno de ellos”, sostuvo el obispo emérito uruguayo. También dijo que antes de convertirse en Francisco ese hombre solía desplazarse en el subte porteño y que se puede esperar que “esa actitud se traslade a la escala universal”.
Del Castillo dijo que se manejaba en el Vaticano la alternativa de “salir de Europa, para escuchar el latir del corazón de la Iglesia en los países del sur” y que con su nuevo cargo, Bergoglio tendrá que aprender a “escuchar a África y Asia” pese a las diferencias culturales que pueda encontrar.
Sobre los orígenes jesuitas de Bergoglio, el obispo emérito consideró que no son relevantes, porque al pasar a asumir cargos fuera de sus congregaciones, la “familia” de los sacerdotes “se ensancha” y, por lo tanto, de jesuita a Bergoglio, “después de tantos años como obispo, sólo le quedó el lado religioso”. Sin embargo, dijo que sí se notará la tendencia jesuita a darle “mucha importancia a la vida de oración y a separar la vida de Dios de la vida cotidiana”.
Acerca de cuáles serán las posturas ideológicas del nuevo líder de la Iglesia Católica, en relación a si será más reformador o progresista que sus antecesores, Del Castillo dijo que “es muy prematuro hacer un pronóstico” y que “hay que darle tiempo al tiempo”, aunque en sus primeros minutos Francisco ya mostró “un modo diferente de ejercer” la función de papa.
Respecto de las especulaciones que circulaban antes de la elección de Bergoglio acerca de diversos candidatos que aparecían como favoritos, el obispo emérito recordó que se mantiene en secreto la interna de las negociaciones y dijo que él pensaba que la elección sería “una sorpresa, y así lo fue”.
También estimó que “al pasar de la arquidiósesis de Buenos Aires a dirigir la iglesia, [Bergoglio] arrastra también a la iglesia de América Latina”, y que eso hará que sea “más misionera en el mundo”. Opinó que sus sacerdotes podrán aprender “a través de él [Francisco]” a “ser sensibles a otras realidades del mundo”.