El año pasado los rebeldes de Seleka (Coalición) ya habían llegado a las puertas de la capital, Bangui, pero su avance, que había empezado el 10 de diciembre, fue frenado por el inicio de negociaciones en la capital de Gabón, Libreville. Ese diálogo desembocó el 3 de febrero en un gobierno de coalición en el que Seleka tenía cuatro ministerios. Pero Seleka seguía reclamando que esos acuerdos no se aplicaban por completo, que sus hombres no eran integrados a las fuerzas armadas regulares, que la liberación de los presos políticos no se había concretado y que las tropas extranjeras -sudafricanas, en particular- seguían en el país, a pesar de lo establecido en las negociaciones. En ese marco, el domingo 17 Seleka retuvo como rehenes a sus cuatro ministros, que habían ido a una reunión de negociación. Para liberar a esos jerarcas, los opositores pedían que se cumplieran sus reclamos antes del miércoles. Como no fue el caso, el jueves retomaron las armas. El sábado todo indicaba que Seleka avanzaba hacia Bangui cuando un gigantesco apagón dejó a toda la ciudad sin luz y aumentó la tensión en la capital. Ayer los rebeldes llegaron saludando a la población, según testimonios difundidos por la emisora francesa RFI, y tomaron el control de la capital por las 
armas. El presidente François Bozizé huyó a República Democrática del Congo con su familia y, ante el vacío de poder, se reportaron saqueos. Las fuentes coincidían en que éstos no fueron cometidos por las tropas de Bozizé ni las de Seleka, sino por ciudadanos y delincuentes comunes que aprovecharon la situación. Sin embargo, de acuerdo a la agencia de noticias Efe, un residente de la zona norte de Bangui, Brian Mogani, dijo que “los rebeldes saquearon la sede del partido del presidente” y “también saquearon viviendas de gente cercana a Bozizé”. En tanto, el jefe del Estado Mayor de Seleka aseguró: “Estamos desplegándonos para frenar los actos de saqueo. Estos actos los cometen algunos de nuestros hombres, pero también los civiles”. Más tarde, Michel Djotodia, el hasta entonces líder de Seleka y ministro de Defensa -que había sido rehén de sus tropas-, se autoproclamó presidente y decretó un toque de queda en la capital. También dijo que habrá elecciones en el correr de los próximos tres años y que el primer ministro del gobierno de coalición, el opositor Nicolas Tiangaye, ex presidente de la Liga Centroafricana de Derechos Humanos y hombre que genera consenso, seguirá en el cargo. Seleka pidió, para mantener el orden en el país, el apoyo de las tropas de los estados de la región y de Francia -que mandó 350 soldados que se sumaron a los 200 que permanecían en República Centroafricana-. Sudáfrica no comunicó cuántos son sus soldados desplegados en la capital centroafricana, pero sí que varios de ellos murieron o sufrieron heridas en los combates contra las tropas de Seleka que desembocaron en la toma de Bangui. ■