La prueba nuclear del 12 de febrero, la tercera y la más potente que realizó hasta hoy Corea del Norte, después de las que ya había desplegado en 2006 y 2009, y el lanzamiento en diciembre de un cohete que Seúl y sus aliados occidentales vieron como una prueba de misil de largo alcance, causaron preocupación y reavivaron tensiones entre las dos Coreas.

Las maniobras militares estadounidenses en Corea del Sur, que su vecina del Norte ve como “ensayos de invasión”, sumadas a la resolución que aprobó el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el jueves, en respuesta al ensayo nuclear, motivó un fuerte descontento en Pyongyang, la capital norcoreana, que comenzó a aplicar sus amenazas ayer, días después de que la ONU le impusiera más sanciones económicas y una estricta vigilancia de sus actividades comerciales.

Es así que desde ayer la península que comparten las dos Coreas se despertó en medio de un gigantesco simulacro militar. Al sur se desarrollaban los ensayos de las fuerzas armada surcoreanas y las estadounidenses, que van a durar 11 días y son parte de un conjunto de ejercicios que empezaron el 1º de marzo. En esos ensayos, que son virtuales en gran parte, participan más de 10.000 surcoreanos y 3.500 soldados estadounidenses, de acuerdo con el diario español El País. Washington, que tiene una base militar y 28.500 de sus soldados en Corea del Sur, asegura que esas maniobras anuales no tienen vínculo con las tensiones entre Seúl y Pyongyang.

En el norte también hubo una demostración de fuerza, con maniobras de todas las fuerzas armadas del país. Pero Pyongyang mostró sus músculos, sobre todo de forma retórica. Así, las autoridades norcoreanas anunciaron ayer que consideran “completamente nulo” el armisticio con Corea del Sur y que están dispuestas a responder a cualquier ataque.

De acuerdo con el politólogo surcoreano Shim Jae-hoon, consultado por la agencia de noticias Efe, “no es la primera vez que [los norcoreanos] anuncian una ruptura del alto el fuego de 1953, por lo que en principio no hay motivos para preocuparse”. Añadió que aunque Pyongyang haya declarado nulo el armisticio firmado aquel año, ese acuerdo seguirá en vigor “hasta que sea sustituido expresamente por enmiendas y adiciones aceptables para ambas partes” o por un acuerdo de paz definitivo. Así lo establece el texto firmado el 27 de julio de 1953 por China y Corea del Norte por un lado, y Estados Unidos y la ONU por otro. China había apoyado a Corea del Norte en ese conflicto -que empezó en 1950-, mientras que Corea del Sur, que había sido invadida por las tropas de Pyongyang, contó con la ayuda de Washington y de la ONU. Legalmente ninguna de las partes puede terminar con el armisticio, aunque ya hubo enfrentamientos militares entre los dos países desde que fue firmado.