La presidente del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, indicó al anunciar los resultados, horas más tarde que lo esperado, que si bien eran ajustados (una diferencia menor a los 250.000 votos) la tendencia era irreversible.

Los canales de televisión pasaron directamente de la transmisión de los resultados en el CNE al Palacio de Miraflores, donde Nicolás Maduro ya estaba pronto para celebrar su victoria.

En su discurso Maduro hizo un llamado a la unión de Venezuela y enseguida denunció que Capriles lo llamó para hacer un pacto “a espaldas del pueblo”, sin especificar en qué consistiría.

Mientras Maduro daba su discurso uno de los rectores del Consejo Nacional Electoral, Vicente Díaz, ligado a la oposición, solicitó que se haga una auditoría del 100% de los votos, y no del 53% como se hace habitualmente, aunque especificó que lo hace sin cuestionar los resultados brindados por el órgano. "Este resultado tan ajustado me hace solicitarle al CNE que decretemos la necesidad de auditoría, solicito que dados los resultados y que vivimos en un país polarizado pido que se abra el 100% de las cajas de votos", dijo.

“Bienvenida la auditoría, ya estaba estipulada la auditoría”, aseguró Maduro, sin precisar la diferencia entre el procedimiento habitual y el pedido de Díaz.

Maduro no había terminado su discurso cuando Capriles subía al podio en su sede de campaña. Desde allí el líder opositor mostró un fajo de hojas donde, indicó, estaban las denuncias de 3.200 incidencias en la jornada electoral. "Yo no pacto con la mentira ni con la corrupción", aseguró Capriles, "nuestra buena intención ha querido ser tergiversada frente al país, cosa que yo no le acepto, porque yo no negocio ni hago pacto con nadie", agregó.

"Ese resultado no refleja la realidad de lo que el pueblo venezolano quiere y aspira para este país", aseguró Capriles, tras denunciar varias irregularidades en la jornada y anunciar que no reconocía los resultados brindados ayer y que sí aceptaría los que se dieran tras el recuento voto a voto que exigió. "Quiero decirle al candidato del gobierno: el derrotado del día de hoy es usted, y se lo digo con toda firmeza", dijo antes de celebrar que "casi un millón de votos del partido oficial salieron a votar por Capriles, y eso demuestra lo que está pasando en Venezuela". Según los datos oficiales, el oficialismo obtuvo 700.000 votos menos que en las elecciones pasadas en las que Chávez venció a Capriles, mientras la oposición contó con 1.800.000 votos más.

El oficialismo venezolano recordó en varias oportunidades que la de ayer era la 18ª elección en 14 años. Durante ese período, el chavismo perdió sólo en una votación, en el referéndum constitucional de 2007. Anoche persistía la duda de si podía enfrentar en las primeras elecciones sin Hugo Chávez una segunda derrota, pese a las encuestas de intención de voto que habían anunciado la victoria de Maduro.

Las elecciones venezolanas fueron seguidas con atención en la región. La continuidad de la política exterior de Caracas es de interés para muchos países, entre ellos Cuba. El embajador venezolano en La Habana, Edgardo Ramírez, dijo a la prensa ayer que las elecciones en su país “tienen la misma importancia para Cuba, para Latinoamérica y para el mundo porque permitirán consolidar la democracia en la región”.

Las varias políticas de intercambio de barriles de crudo por cooperación en salud, educación y deporte tenían la continuidad asegurada en un gobierno de Maduro, pero no así en uno de Henrique Capriles. El candidato de la Mesa de la Unidad Democrática había anunciado que terminaría con esas políticas que calificó de “regalos” a otros países y que reinvertiría ese dinero para subir los salarios.

En Bolivia cientos de campesinos, indígenas y sindicalistas seguidores del presidente Evo Morales manifestaron el sábado en La Paz su apoyo a Maduro. El presidente boliviano, que no asistió a la concentración, le había deseado suerte el jueves al candidato oficialista venezolano y auguró para ayer “nuevas sorpresas para bien” de América Latina. También el ex presidente brasileño Lula da Silva había manifestado su apoyo a Maduro, y desde Uruguay, el PIT-CNT y el Frente Amplio manifestaron su respaldo a la candidatura de Maduro y a la “revolución bolivariana”.

El vicepresidente argentino, Amado Boudou, viajó a Venezuela para “acompañar el proceso electoral”, de acuerdo con la agencia estatal de noticias Télam. “Esta elección tiene un valor muy profundo porque, para muchos de nosotros, nuestros países tienen una importante sinergia cuando toda la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) puede trabajar en conjunto para cada uno de nuestros pueblos”, dijo.

Una delegación de observadores de la Unasur estuvo presente ayer en la votación. “Como siempre en Venezuela, uno observa un clima preelectoral muy intenso y luego, el día de los comicios, hay total tranquilidad, mucha conciencia cívica y mucha participación de los ciudadanos, transformando la lucha política en una fiesta cívica”, dijo el jefe de la misión de observadores, el argentino Carlos Chacho Álvarez.

Los informes de prensa coincidían ayer en que la jornada electoral transcurrió sin mayores problemas y bajo la supervisión de un fuerte operativo de las Fuerzas Armadas, aunque oficialismo y oposición no estaban de acuerdo respecto a las cifras acerca de la participación de los votantes. También hubo acusaciones e insinuaciones mutuas sobre supuestas irregularidades, y Maduro volvió a alertar contra la “ultraderecha internacional” al anunciar que hoy “se presentarán más pruebas de la conspiración de Estados Unidos” contra su gobierno.

Paz y amor

Maduro había dicho el sábado, durante un acto en el museo 4 de Febrero, que si perdía la elección ejercería “una oposición de amor, de lucha, de calle, en los barrios”, que lucharía “contra el odio de la derecha, si pretende venir a privatizar todo”.

El presidente en ejercicio de Venezuela, país de amplia mayoría católica, había anunciado que en caso de ser electo sería “un presidente del amor, de la unión, de la verdad, de Cristo”. Aseguró: “Me entregaré a Cristo redentor para ser presidente de todos y todas, si me toca, y seguiré enfrentando a los que odian para que dejen de odiar”.

El jefe del plan militar de apoyo electoral en Venezuela, general Wilmer Barrientos, destacó que la votación fue tranquila, aunque dijo que la Fiscalía General había abierto 43 investigaciones a personas por diversos delitos electorales, entre ellos destrucción del material electoral, acciones contra el desarrollo del proceso, porte ilícito de armas o delito contra la autoridad, de acuerdo con la agencia de noticias Efe.

Casi 19 millones de venezolanos estaban habilitados a votar, y unos cuantos fueron despertados a las 3.00 de la mañana por el sonido del tradicional toque de diana acompañado por explosiones de cohetes para celebrar el inicio de la jornada electoral. Los circuitos se abrieron a las 6.00.

Otro pajarito

La cuenta de Twitter de Maduro, en la que éste se presenta como “hijo de Chávez”, fue una herramienta de campaña que no dejó de usar el presidente ni siquiera durante la votación. Desde Twitter, Maduro anunció que llegó a los 7.000 seguidores en esa red social, llamó a votar, alertó sobre complots contra su gobierno y manifestó su fe religiosa.

También utilizó esa red social la Prensa Presidencial para divulgar el contenido de una conferencia de prensa del presidente, y más tarde para alertar, en mayúsculas, que había sido hackeada la cuenta de la directora general de Comunicaciones Presidenciales, Teresita Maniglia: “Son falsos los mensajes escritos en los últimos minutos a través de @tmaniglia La cuenta ha sido hackeada”. En esa cuenta se leían mensajes sobre una supuesta derrota oficialista: “Qué dolor tengo! Nuestra gente nos traicionó, comandante” y “Hoy nos quedamos con el dolor de tu ausencia y con el de la derrota”.

Ésta fue la primera de las acciones de hackers denunciadas ayer durante la elección. Durante la tarde, el grupo de hackers Lulz Security Perú, que ha lanzado ataques con Anonymous, anunció que había hackeado la cuenta de Maduro y a continuación publicó desde allí los mensajes: “Fraude electoral” y “Se la chupo@lulzsecperu y a @BarackObama”. También fueron hackeadas las cuentas del presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello; del gobernador del Estado de Aragua y ex ministro Tareck El Aissami; del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela y la página web nicolasmaduro.org.ve. El jefe de campaña de Maduro, Jorge Rodríguez, dijo que el ataque se lanzó desde Bogotá.

Por su parte, el vicepresidente Jorge Arreaza dio alguna pista acerca de las medidas que tomó el gobierno al tuitear: “Compatriotas no hay problemas con internet. Calma!! Fue una maniobra breve para impedir más hackeos conspiradores del exterior”. Arreaza agregó: “No manipulen señores. Dejen el desespero. La data electoral no depende de internet. Es un sistema mucho más seguro y auditado”.

También Capriles usó esa red social. “Que viva el Bravo Pueblo de Venezuela! Vamos!!! Está aclarando la mañana en Venezuela!”, dijo, como si anunciara su victoria. Poco después abría las puertas a denuncias de fraude: “Alertamos al país y al mundo la intención de querer cambiar la voluntad expresada por el Pueblo!”.