“Es el veredicto más importante de medicina en la India”, dijo Lina Menghaney, de Médicos Sin Fronteras (MSF), a la agencia de noticias Efe. La activista se refería al fallo del Tribunal Supremo indio que negó a esa empresa farmacéutica suiza obtener una licencia exclusiva para su nuevo remedio contra la leucemia, el mesilato de imatinib, llamado Glivec. De acuerdo a Menghaney, si la Justicia india le hubiera dado la razón a Novartis, esto habría generado un precedente en la concesión de patentes que pondría en peligro la producción de genéricos.

Esa producción hace que India se haya ganado el nombre de “farmacia de los pobres”. A modo de ejemplo, este tratamiento anticancerígeno de Novartis cuesta alrededor de 2.600 dólares por mes, pero las copias indias sólo salen 200 dólares. El laboratorio buscaba un fallo judicial que permitiera patentar el medicamento y que impidiera así fabricar esas copias sin pagar derechos.

Para rechazar la posibilidad de patentarlo, los jueces argumentaron que el mesilato de imatinib es una modificación de otro producto que ya existía y que sus propiedades no cambiaron, informó el abogado de la Asociación de Ayuda a los Enfermos de Cáncer, Anand Grover.

El director general de Novartis en India, Ranjit Shahani, emitió un comunicado en el que aseguró que las patentes “deben ser reconocidas” para “fomentar la inversión en innovación médica, en especial en enfermedades que no tienen tratamiento” y que el “fallo es un revés para los pacientes, porque entorpece el progreso médico para enfermedades sin opciones de tratamiento 
eficaces”.

Pero Grover respondió, citado por Le Monde, que de este modo “las inversiones van a concentrarse más bien en crear nuevos principios activos en lugar de mejorar los ya existentes, algo que será beneficioso para los pacientes”.

Por su parte, Novartis también aseguró que entrega el Glivec en forma gratuita a 95% de los pacientes indios que lo necesitan, aunque las ventas de ese producto en el resto del mundo significaron unos 4.000 millones de dólares de beneficios en 2011. El medicamento fue patentado en 40 países.

Sin embargo, destacó Le Monde, Novartis tiene otros intereses en India. La empresa suiza realiza ensayos clínicos en ese país donde casi no existe legislación para ese rubro, por lo que no hay obligación médica de informar al paciente sobre los riesgos que corren al probar un nuevo tratamiento. Además, según MSF, el acuerdo de libre comercio que se está negociando entre la Unión Europea e India tiene cláusulas que implicarían modificar la ley india sobre propiedad intelectual, algo que en este caso jugaría a favor de las farmacéuticas.

Los medicamentos genéricos representan 90% del mercado farmacéutico en India. Los 8.000 laboratorios con los que cuenta el país asiático dedicados al rubro exportan la mitad de su producción a países del sur. De acuerdo con el diario español El País, 92% de los medicamentos que son usados por los portadores de VIH y 60% del tratamiento contra la malaria, que se usan en los países en desarrollo, son genéricos indios. Por lo tanto, gobiernos, agencias de la Organización de las Naciones Unidas (como UNICEF) y muchas organizaciones de la sociedad civil en todo el mundo usan esos remedios para tratar a personas enfermas y sin recursos.