La reelección en el Parlamento de Giorgio Napolitano como presidente de Italia, a falta de otro candidato con apoyo suficiente, es otra consecuencia de la crisis política que vive el país desde las elecciones de febrero. De esa votación ningún partido salió con mayoría en las dos cámaras y ninguno logra formar gobierno.

Napolitano, que asumió ayer por un nuevo mandato de siete años, a pesar de que cumplirá 88 años en junio, podría proponer un Ejecutivo “del presidente”, liderado por una personalidad que él considere con peso suficiente para liderar el país, y con un gabinete integrado por los partidos que se comprometan a apoyar su gestión, de acuerdo con la prensa italiana, citada por las agencias de noticias Ansa y Reuters. Según esta última, el favorito para asumir la tarea de jefe de gobierno es Giuliano Amato, de 75 años, y lo más probable es que un eventual gobierno suyo cuente con tecnócratas además de políticos.

Sin embargo, obtener el apoyo suficiente del Parlamento no será fácil. Por eso el jefe de Estado pidió a los partidos -a los que acusó de haber mostrado “sordera” ante sus esfuerzos de “persuasión” y ante la crisis política italiana- que busquen acuerdos que permitan “el nacimiento y la sobrevivencia de un gobierno”. En ese sentido, dijo que en Europa los gobiernos de coalición son habituales, ya sea entre partidos “afines” o “distantes” entre sí.

Al respecto, criticó “el hecho de que en Italia se haya difundido una especie de horror ante cualquier hipótesis de acuerdo, alianza o mediación entre fuerzas políticas”, lo que consideró una “señal de una gran regresión”.

A la dificultad para alcanzar acuerdos interpartidarios se suman las divisiones en la principal formación política de centroizquierda, el Partido Democrático (PD). Su líder, Pier Luigi Bersani, anunció su renuncia el viernes luego de que algunos de sus legisladores no votaran de acuerdo a lo que él había pedido y fracasaran así sus propuestas de nombres para el cargo de presidente.

Su dimisión desató una lucha interna por el liderazgo del PD. El alcalde de Florencia, Matteo Renzi, que tiene 38 años, aparece en la prensa italiana como un probable sucesor de Bersani al frente del partido, que llamó a reformarse en una entrevista con el diario La Repubblica.

Las divisiones del PD pusieron al ex primer ministro y líder de la derecha Silvio Berlusconi en una posición fuerte, pero sobre todo dificultó, y podría dificultar, un acuerdo para formar un nuevo gobierno.

En su discurso de ayer, cuando asumió por un nuevo período, Napolitano criticó a los partidos que no escucharon sus llamados a reformar las instituciones. Dijo en particular que era “imperdonable” el hecho de no haber modificado la ley electoral de 2005 para evitar que se produzcan situaciones de ingobernabilidad como la actual. En ese sentido, reprochó a las formaciones políticas que han trabado las reformas para luego pedirle a él que asuma la responsabilidad de sacar al país de la crisis.

Según declaró Bersani a la prensa italiana, Napolitano “dijo lo que debía decir” en un discurso “de una eficacia excepcional”. Estimó que con sus palabras, el presidente “tomó el timón” y mostró el camino. Opinó que Napolitano “es un gigante” al que ahora hay que responderle. “Yo respondo que sí”, agregó.

También Renzi se había mostrado a favor de reformar las instituciones, en particular la ley electoral, y establecer que el jefe de Estado sea elegido por voto directo, y no por los legisladores como en la legislación actual. Sin embargo, a diferencia de Napolitano, que pidió un Ejecutivo duradero, Renzi opinó que el próximo gobierno debe dedicarse a las reformas y luego convocar elecciones, cuando cumpla un año de gestión.

El Movimiento 5 Estrellas, liderado por el comediante Beppe Grillo, aún no había acordado ayer una postura oficial ante el discurso de Napolitano, pero algunos de sus legisladores dijeron haber recibido sus palabras como ataques contra su fuerza política. Napolitano advirtió que si los partidos continúan sordos ante la necesidad de reformas “no dudará en actuar en consecuencia”. Un poco antes había dicho que asumía el cargo sólo mientras fuera necesario y su salud se lo permitiera.