Los dos principales partidos de Paraguay crecieron en intención de voto para las elecciones del 21 de abril, si se compara la última encuesta de First Análisis y Estudios publicada el viernes y la del mes pasado. Sin embargo, el crecimiento del Partido Colorado y de su candidato, Horacio Cartes, fue de pocas décimas (de 37,3% a 37,6%) y el del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) y Efraín Alegre fue mayor a un punto porcentual (de 30,3% a 31,7%). El más llamativo de los crecimientos fue el de los oviedistas de la Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (Unace): su respaldo pasó de 3,1% en marzo a 7,1%.

Si estas cifras se mantienen, la alianza conformada la semana pasada entre oviedistas y liberales sumaría 38,8% y superaría a Cartes. Sin embargo, se puede prever que los votantes oviedistas se van a dividir porque no todos respaldan el acuerdo. Incluso uno de los dirigentes abandonó el partido para volver al Partido Colorado, en el que nació la Unace antes de escindirse.

Desde el sábado no pueden publicarse más encuestas, por lo que recién en las elecciones se verá cómo se dividen los votantes oviedistas.

En tercer lugar en el sondeo aparece el candidato de la formación de izquierda Avanza País, Mario Ferreiro, que creció de 9,5% a 10,9% en intención de voto. El crecimiento de casi todas las formaciones podría atribuirse, según los datos, a la baja en los indecisos, que pasaron de ser 13,2% a 7,3%.

No sólo números

El acuerdo entre liberales y oviedistas parece haber disparado las alarmas de los colorados, que el viernes tuvieron una reunión de urgencia para analizar el nuevo escenario. De ese encuentro salió un comunicado de la Comisión Ejecutiva Colorada, que fue publicado en el diario Última Hora, en el que se pide a los seguidores una “vigilia nacionalista y patriótica”. La cúpula colorada asegura que los liberales están financiando “movidas políticas oportunistas” con “atracos a las arcas del Estado desde la propia Presidencia” y que los paraguayos enfrentan “un régimen que está dispuesto a llegar a cualquier extremo para perpetuarse en el poder”.

También alerta de un eventual fraude electoral; los colorados señalan que la alianza entre liberales y oviedistas llevará a estos grupos a contar con el doble de representantes en las mesas electorales, y piden que sus representantes estén atentos para defender sus votos.

Por su parte, Alegre repitió en los actos de campaña del fin de semana que él representa el “Paraguay decente” y Cartes el de “la piratería, el contrabando y las mafias”. A los ataques de Alegre se sumó el pedido de la organización civil Asamblea Permanente de Derechos Humanos a la Fiscalía de que investigue las denuncias de vínculos con el contrabando y el narcotráfico contra Cartes.

Además, una asociación de víctimas de la dictadura, la Mesa Memoria Histórica, repudió al candidato colorado por haber dicho que el régimen de Alfredo Stroessner (1954-1989) fue una época de “orden y progreso” para el país. En una entrevista con el diario chileno El Mercurio, publicada en marzo, dijo que los más de 60 años de gobierno colorado en Paraguay -de los cuales 35 fueron de Stroessner- dejaron “orden y progreso”.

De vuelta en casa

Quien también dio varias entrevistas fue el presidente Federico Franco, del PLRA, que estuvo de gira por algunos de los pocos países que reconocen su gobierno. Visitó España y Estados Unidos, donde participó en una asamblea de la Organización de los Estados Americanos (OEA), en la que su presencia fue boicoteada.

Mientras el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, aplaudía la “firmeza” y el “liderazgo” de Franco, 21 de 34 representantes de países de esa organización dejaron sus sillas vacías en la reunión protocolar en honor al mandatario visitante. Se fueron los 11 integrantes de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y todos los de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba).

Durante su viaje, Franco habló con varios medios, entre ellos CNN. Esta cadena estadounidense enumeró las amenazas y atentados que afectaron el proceso electoral: los ocho directores del Tribunal Superior de Justicia Electoral están amenazados de muerte y fueron baleadas una de sus sedes y la casa de la directora de Recursos Humanos de esa corte, Jazmín Barrios. Franco aseguró que “hay gente que hace lo posible para empañar el proceso electoral” pero que no se alterará el cronograma de la votación.