En una conferencia de prensa que brindaron anoche en forma conjunta en el Palácio dos Bandeirantes, sede del gobierno paulista, el gobernador del estado, Geraldo Alckmin, y el alcalde de San Pablo, Fernando Haddad, comunicaron que el precio del boleto de ómnibus y subterráneo volverá a ser tres reales, y que se deja sin efecto el aumento de 20 centavos que había sido el motivo inicial de las grandes protestas populares que tuvieron lugar en muchas ciudades brasileñas en los últimos días.

Según informó Folha, Alckmin, del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), dijo, luego de anunciar la medida, que será necesario “ajustarse el cinturón” e indicó que para solventar el precio del boleto se cortará la inversión en algunas áreas. Por su parte Haddad, del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), indicó que la rebaja “fue un gesto de aproximación, apertura y mantenimiento del espíritu de democracia y convivencia pacífica”.

Por otra parte, el alcalde condenó los hechos de violencia que se generaron el lunes de noche, cuando una manifestación masiva terminó con saqueos de locales comerciales y numerosos hechos de vandalismo. “Lo que pasó fue una atrocidad contra la ciudad”, afirmó el dirigente petista, que el lunes de tarde había declarado que la rebaja del boleto impactaría de manera importante en las cuentas municipales y que tendría su efecto directamente en áreas como la salud y la educación.

A la misma hora que se realizaba el anuncio en San Pablo pasaba algo similar en Río de Janeiro, donde el gobierno local también anunció una rebaja en el precio del transporte, con lo que se calmaron las protestas en la ciudad costera, que ayer había tenido una fuerte movilización en la ciudad de Niterói, vecina a la urbe carioca.

Ayer de mañana también se llevaron a cabo protestas en el área periférica de San Pablo y se registró un foco importante de movilización en la ciudad de Fortaleza, en el estado de Ceará, donde en una manifestación de alrededor de 15.000 personas hubo algunos altercados con la Policía en las inmediaciones del estadio Castelao, donde por la tarde la selección brasileña derrotó 2-0 a México por la Copa de las Confederaciones. Allí un grupo denominado + Pan y Circo reclamó por el desalojo de familias para la construcción de obras en el estadio Castelao, y exigió que se destinen fondos a la región, una de las más pobres del país, con lo que se muestra otro aspecto del amplio abanico de reclamos que afloraron en Brasil en estos días.

En el final de la tarde, luego de que se conociera la decisión de las rebajas, se calmaron los ánimos y la noche se inició sin manifestaciones masivas en ningún punto del país, aunque los voceros de Movimiento Pase Libre, que inició la semana pasada las movilizaciones por la rebaja del boleto en San Pablo, anunciaron para hoy una gran manifestación en las calles de la ciudad para celebrar la victoria de su iniciativa. Según expresó Caio Martins, la de hoy, “más allá de una fiesta, será un acto de solidaridad con las ciudades que todavía no consiguieron que se reduzca la tarifa del boleto”. “El anuncio de la rebaja fue importante porque dejó claro que el precio del boleto es una decisión política”, sostuvo.