Los tres favoritos de la campaña electoral en Irán son conservadores y afines al líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei. Es el caso del secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, Said Jalili, que además es el principal negociador nuclear de Irán, del alcalde de Teherán, Mohammad Bagher Ghalibaf, y del actual asesor de Jamenei, Ali Akbar Velayati.

Otros dos candidatos también son conservadores, Gholam Ali Hadad Adel y Mohsen Rezaei. Los dos aspirantes reformistas moderados que fueron admitidos son el científico y ex vicepresidente (2001-2005), Mohamad Reza Aref, y Hasán Rouhaní, que lideró las negociaciones nucleares iraníes como secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, entre 1989 y 2005. El tecnócrata Mohamad Gharazi, que fue ministro de Telecomunicaciones de 1985 a 1997, se presenta como independiente, aunque no descarta una alianza con los moderados.

Esos ocho fueron los únicos postulantes de un total de 686 candidatos que recibieron el visto bueno del Consejo de los Guardianes, entidad encargada de validar los aspirantes a presidente. Las 30 mujeres que se presentaron quedaron afuera, porque los 12 clérigos y juristas especializados en derecho del Islam que integran esa institución estimaron que una mujer no puede dirigir el país. Además, quedaron afuera dos candidatos con chances de ser electos: el ex presidente reformador Akbar Hashemi Rafsanjani y Esfandiar Rahim Mashaei, el candidato que apoyaba Mahmud Ahmadinejad, el presidente saliente, que luego de dos períodos no está habilitado para buscar un tercer mandato. Al ex presidente se le imputaron vínculos con las movilizaciones de 2009, cuando Ahmadinejad fue reelecto en medio de grandes protestas por parte de los opositores. En tanto, al protegido del actual mandatario se le reprochó -al igual que a su mentor- que priorizara el nacionalismo sobre la ortodoxia religiosa.

Complicado

El general Mohamad Reza Naqdi, jefe de las poderosas milicias basij, fuerza paramilitar que responde a la Guardia Revolucionaria Islámica, opinó hace poco que con los gobiernos reformistas “el país ha retrocedido”, declaración que se interpretó como un apoyo a los candidatos conservadores. De acuerdo a la agencia de noticias Efe, las preferencias de las bases basij se dividen entre Jalili y Ghalibaf.

Además, los dos candidatos reformistas acumulan percances y dificultades. Aref fue interrumpido durante una alocución programada en la televisión estatal, IRIB, mientras que el sábado, después de un acto, la Policía detuvo a varios integrantes del equipo de campaña de Rouhaní. Según la agencia de noticias AFP, se acusa a los detenidos de haber mostrado retratos del opositor Mir Hosein Musavi durante el evento. Musavi fue el candidato reformista a la presidencia de 2009 y también encabezó las protestas que siguieron tras la reelección de Ahmadinejad. Las protestas fueron calificadas de “sedición” por el actual gobierno, y desde entonces Musavi está bajo arresto domiciliario. “Uno de los compromisos de los candidatos es no seguir a los jefes de la sedición de 2009”, recordó el domingo el jefe de la Policía iraní, el general Esmail Ahmadi-Moghadam, para explicar las detenciones. Hay quienes abogan por una alianza entre los dos reformistas para sumar fuerzas, pero Aref descartó esa posibilidad, según informó la televisión iraní en español, HispanTV.

Además, dos candidatos conservadores, Mohsen Rezaei, Alí Akbar Velayati, y también el principal reformista descartado, Rafsanjani, están imputados en la causa por el atentado en contra de la Asociación Mutualista Israelita de Argentina en 1994, e incluso sobre Rezaei pesa una orden de arresto internacional emitida por la Interpol.

Falta interés

A la ausencia de figuras populares entre los candidatos -dan por descartado que ganará uno de los conservadores, porque Rafsanjani era el reformador con posibilidades ciertas de ganar- se suma el hecho de que la campaña no interesa a los electores. Un buen ejemplo son los debates que se están realizando entre los ocho candidatos, regidos por reglas muy estrictas que dejan poca oportunidad para exponer argumentos. El primero, que duró cuatro horas y fue emitido por IRIB, sometió a los candidatos a múltiples desafíos. En uno de ellos, un candidato sorteado tenía que exponer en tres minutos su programa sobre un tema en particular como desempleo, sanciones internacionales impuestas al país, inflación, etcétera. Los otros siete tenían 90 segundos cada uno para responderle. También hubo preguntas a las que había que responder por sí o por no, así como otras de múltiple opción.

Los candidatos se quejaron del formato estricto y el propio Rezaei advirtió que si no se modificaba el formato para los próximos encuentros, no participaría más. Por lo pronto hay un debate programado para hoy y otro para el viernes.

Del primer debate, se dedujo que ninguno de los candidatos tenía un programa económico firme. Sin embargo, ése es el tema central para un país ahogado por las sanciones internacionales desde hace años. De acuerdo a Efe, la inflación alcanzaba 32% el 20 de marzo, cuando terminó el año oficial iraní, y 15% de la población está desempleada, situación que afecta particularmente a los jóvenes. La actual administración pidió el lunes un derecho de respuesta a las críticas que le valen esas cifras. “Los ministros relacionados con la economía de la administración están preparados para mantener un debate sobre temas económicos con los ocho candidatos”, dijo un vocero de la presidencia, Mohamad Sheijan. Quizá esa propuesta, de ser aceptada, despertará un poco más el interés de los iraníes.

Jamenei se quejó ayer, en un acto conmemorativo del aniversario de la muerte del fundador de la República Islámica, el ayatolá Ruhollah Jomeini, de las propuestas genéricas y poco elaboradas que se han expuesto en la campaña.
El poder chiita, vinculado a Jamenei, está en campaña para que la tasa de participación sea alta, y presenta la elección como un referéndum sobre la Revolución iraní. El ayatolá Kazem Sedighi convocó el viernes, en la Universidad de Teherán, a votar para terminar con los “complots” de los “enemigos” de Irán.

Casualidades

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció el jueves que iba a flexibilizar algunas de sus sanciones, y que permitirá, por primera vez desde 1992, la exporta-
ción de teléfonos móviles y otros aparatos de comunicación a Irán, como gesto hacia los ciudadanos iraníes, “mientras el gobierno intensifica sus esfuerzos para suprimir su acceso a la información”, con cortes de las conexiones a internet, por ejemplo. “La licencia permite a ciudadanos estadounidenses suministrar al pueblo iraní equipamiento de comunicaciones personales más sofisticado y seguro para que puedan comunicarse entre sí y con el mundo exterior”, dice el Tesoro en un comunicado conjunto con el Departamento de Estado.

La medida abarca las computadoras personales, teléfonos inteligentes y tabletas electrónicas, pero excluye de su acceso a las entidades gubernamentales iraníes o individuos que figuren en la lista negra de sanciones económicas.

Por otro lado, se supo ayer que el presidente estadounidense, Barack Obama, dio su visto bueno a medidas que buscan hacer que el rial, la moneda iraní, “no sea utilizable” fuera de Irán, explicó el vocero presidencial Jay Carney en un comunicado. “Si bien el rial perdió la mitad de su valor debido a nuestras sanciones a todo nivel desde principios de 2012, es la primera vez que es objeto directo de sanciones”, agrega el texto. A esto se le suman medidas en contra del sector automotor iraní, que según Washington es “una fuente clave de recursos” para la nación persa.