Cuando a principio de año salió a la luz lo que se conoce como el caso Bárcenas, el pago de sobresueldos a altos cargos del Partido Popular (PP), el ex tesorero advirtió que, si caía, no lo haría solo. Hasta ahora no ha tenido que dar nada de sí: los principales diarios españoles -El Mundo y El País- se han ocupado de publicar documentos confidenciales para mostrar, al menos parcialmente, el tamaño de la contabilidad paralela que llevó adelante Luis Bárcenas.

Ayer fue el turno de El Mundo, que publicó algunos de los documentos que Bárcenas le dio, y que previamente había entregado a la Justicia, entre los cuales figura en una página de la contabilidad paralela la anotación con fecha 11/99 “M. Rajoy (2º semestre 99)” y, un par de columnas a la derecha, “2.100.000” (pesetas, moneda que aún se utilizaba en España en ese período). Hay otras, con otras fechas, todas hechas a mano, y éstas demostrarían que el actual presidente español, Mariano Rajoy, habría recibido sobresueldos entre 1997 y 1999, mientras fue ministro del gobierno de José María Aznar. Desde 1995, cuando se aprobó la Ley de Incompatibilidades, es ilegal que los integrantes del gobierno reciban ingresos adicionales a la remuneración por su función pública.

El director de El Mundo, Pedro J Ramírez, mantuvo cuatro horas de conversación con Bárcenas y contó que el ex tesorero le explicó “que durante al menos los últimos 20 años el PP ha estado financiándose de forma ilegal”, recibiendo dinero no declarado de empresas que obtenían favores a cambio, uno de los aspectos que se investiga en la denominada trama Gurtel. Parte de ese dinero se guardaba en una caja fuerte, desde la cual se pagaban sobresueldos en efectivo “al presidente, al secretario general y a los vicesecretarios del partido”.

El PP volvió a negar que se hayan pagado sobresueldos, tal como hizo cuando saltó por primera vez el escándalo, en febrero, cuando algunos dirigentes menores reconocieron que sí los habían recibido. Sin embargo, surgieron algunas voces críticas, como la del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, quien pidió a la Justicia que aclare “qué hay de cierto” en este tema. Pero la más firme fue la de la presidenta del PP en Madrid, Esperanza Aguirre. “Si ha habido irregularidades en la financiación tendremos que reconocerlo, explicarlas y pedir perdón a los ciudadanos”, aseguró la ex gobernadora de Madrid. “Ser los primeros en hablar claro nos dará una ventaja moral [...]. Es muy importante que nos adelantemos a la Justicia”, agregó Aguirre, que es una referente de peso dentro del PP y exigió que ésta sea “una oportunidad para depurar responsabilidades”.

Tras las revelaciones, el Partido Socialista Obrero Español y otros partidos opositores exigieron que Rajoy comparezca urgentemente ante el Congreso para aclarar si cobró o no dinero de la contabilidad paralela. “Si Rajoy no puede decir la verdad, tendrá que marcharse”, dijo la vicesecretaria general de los socialistas, Elena Valenciano, tras una reunión extraordinaria realizada por el partido para analizar la situación. “Está en entredicho la honorabilidad no de Mariano Rajoy, sino del presidente del gobierno de España”, advirtió.

Ayer fue la sesión de control al gobierno en el Senado, por donde pasaron ocho ministros, pero todos ellos se negaron a declarar sobre el caso Bárcenas. Increpados por periodistas y opositores, los miembros del Ejecutivo se limitaron a temas referentes a sus carteras, lo que generó enojo en las bancadas opositoras por la falta de respuesta del gobierno ante la situación.