Desde que sustituyó a Hillary Clinton al frente de la diplomacia de Estados Unidos, uno de los principales objetivos de John Kerry es lograr que el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, vuelvan a sentarse a negociar. Kerry ya hizo varios viajes a Palestina, Israel y Jordania, en los que dedicó muchas horas a mantener encuentros bilaterales a solas con Abbas y Netanyahu, por separado. El ejemplo más llamativo es el de fines de junio, cuando canceló una cena agendada en Emiratos Árabes Unidos dedicada a la situación siria, para volver a reunirse con cada uno, algo que ya había hecho el día anterior.

El lunes, al informar sobre el viaje de Kerry a Jordania ayer, la vocera del departamento de Estado, Jennifer Psaki, destacó que su jefe “no volvería a la región si no sintiera que existe la posibilidad de que se pueda haber avances”. Pero Kerry se ha mostrado más cauto, se cuida de realizar anuncios y prefiere mantener encuentros discretos.

Barreras inamovibles

De momento, Abbas se mantiene firme en exigir como condición previa a negociar el congelamiento total de la construcción de nuevos asentamientos en los territorios palestinos ocupados en 1967.

Además, pide que la división en dos Estados se haga según a las fronteras previas a las ocupaciones surgidas de la Guerra de los Seis Días, cuando Israel anexó Cisjordania, Gaza, los altos del Golán sirios y una pequeña parte de Líbano, aunque del lado palestino se abrió últimamente la posibilidad de acceder a algunas modificaciones.

En tanto, Netanyahu pide negociar “sin condiciones previas”, aunque mostró “gestos de buena voluntad” al liberar a presos palestinos. También hubo algún congelamiento parcial de la colonización, según informaciones contradictorias de la prensa israelí, pero sin anuncios oficiales, quizá por las presiones de los colonos judíos.

Una de las medidas que maneja Kerry para reactivar las negociaciones es un ambicioso plan de relanzamiento económico para los territorios palestinos. Ese programa, que buscará reducir la dependencia palestina de la ayuda internacional, fue presentado por Kerry en mayo, durante el Foro Económico Mundial en Jordania, y la condición para su implementación es que palestinos e israelíes acepten volver a negociar. Este proyecto surgió de los trabajos del Cuarteto para Oriente Medio, integrado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Estados Unidos, Rusia y la Unión Europea (UE).

Sin embargo, la movida no parece tener mucho éxito entre los palestinos. “No haremos concesiones políticas a cambio de ventajas económicas”, advirtió el presidente del Fondo de Inversión palestino, Mohamed Moustafa, en referencia a ese proyecto.

Doble rasero

Mientras Estados Unidos generaba expectativas con este sexto viaje de Kerry a la región, simultáneamente otro integrante del Cuarteto, la UE, aumentó la presión sobre Israel. A partir de 2014, el bloque regional ya no permitirá que se concedan subvenciones, premios y programas de financiación a entidades israelíes establecidas en los territorios palestinos ocupados. Además, la directiva europea obliga a que todos los acuerdos que se firmen con Israel expliciten que no se aplican a territorios que fueron ocupados en 1967.

La vocera de la UE para las Relaciones Extranjeras, Maja Kocijancic, aclaró que esas normas responden a una decisión de los cancilleres del bloque tomada en diciembre, que considera la necesidad de aplicar los acuerdos con Israel al territorio reconocido por la UE. Los asentamientos judíos en territorios palestinos ocupados “son ilegales bajo las leyes internacionales”, recordó Kocijancic.

“Se trata de una iniciativa muy inquietante adoptada en un mal momento, porque no hace sino reforzar el rechazo de los palestinos a retomar las negociaciones”, dijo el vicecanciller israelí, Zeev Elkin, a la agencia de noticias AFP. Netanyahu fue aun más duro en declaraciones emitidas por la televisión local: “No aceptaremos dictados externos en relación a nuestras fronteras. Esos asuntos se resolverán únicamente mediante negociaciones directas” con los palestinos. Además pidió, de acuerdo al portal Ynet, que “aquellos que deseen ver la paz y la estabilidad regional se ocupen de este tema sólo después de ocuparse de otros asuntos regionales más urgentes, como la guerra civil en Siria o la carrera iraní hacia las armas nucleares”. Para él, los principales afectados por las medidas serán los ciudadanos israelíes que viven en los territorios ocupados, y dijo que no permitirá que “sean dañados”.

De acuerdo a la agencia de noticias Efe, la líder del Partido Laborista (el principal grupo de la oposición israelí), Shelly Yajimovich, estimó que “el creciente aislamiento diplomático les está haciendo daño al país y al mercado, y supone una amenaza estratégica no menor que la de las armas sofisticadas que nos apuntan”. También consideró “muy desafortunado” que la UE “se concentre en sanciones y prohibiciones en vez de apoyar y ayudar los esfuerzos estadounidenses”.

Desde la Organización para la Liberación de Palestina se aplaudió el anuncio de los países de la UE porque “han pasado del nivel de las declaraciones y denuncias al de las decisiones políticas efectivas y los pasos concretos”.

En tanto, al cierre de esta edición no se habían realizado grandes anuncios respecto de las gestiones de Kerry en Jordania ayer, pero se sabía que tenía previsto un encuentro con Abbas. Un comunicado de la cancillería jordana indicó que se habló en una reunión con el ministro jordano de Exteriores, Naser Yudeh, del “resultado de los esfuerzos y las reuniones de Kerry con los palestinos y los israelíes con vistas a renovar las negociaciones de paz”. Kerry tiene previsto reunirse mañana con los cancilleres que integran el comité de seguimiento de la Liga Árabe para las negociaciones israelo-palestinas.