Según el gobierno boliviano, Francia, Portugal e Italia le negaron el tránsito aéreo al avión presidencial en el que viajaba Evo Morales, que volvía hacia Bolivia desde Rusia, donde había participado en una cumbre de países productores de gas, y necesitaba hacer una escala técnica antes de cruzar el Atlántico. Las negativas de los países europeos se dieron porque se sospechaba (no se tiene certeza sobre qué base) que en el avión en el que iba Morales viajaba también el ex agente de inteligencia estadounidense Edward Snowden, quien se encuentra en la zona de tránsito de un aeropuerto moscovita desde hace diez días. Finalmente el avión boliviano aterrizó de emergencia en Austria, cuando estaba por quedarse sin combustible, y allí tuvo que permanecer durante más de diez horas. Luego de innumerables contactos diplomáticos, los países europeos levantaron sus prohibiciones y el avión pudo partir hacia la capital boliviana, tras hacer una escala en las Islas Canarias para recargar combustible.

Hay versiones encontradas sobre si, durante su retención en Viena, el avión presidencial fue revisado o no. El vicecanciller austríaco, Michael Sindelegger, dijo que el avión fue revisado y que Snowden no viajaba en él, algo que Morales ya le había negado. Sin embargo, el ministro de Defensa boliviano, Rubén Saavedra, que también iba a bordo del avión, aseguró que nadie subió al avión: “El presidente fue muy claro y dijo que no iba a aceptar ese tipo de requisa”, aseveró. Respaldó esta versión el vocero del Ministerio del Interior de Austria, Karl-Heinz Grundböck, quien dijo que se revisaron los pasaportes de quienes viajaban y que recibieron garantías de Morales y del ministro de que Snowden no iba a bordo. Durante su forzada estadía en Austria, Morales recibió a su par austríaco, Heinz Fischer.

El gobierno boliviano denunció que Morales fue “secuestrado por el imperialismo” de países europeos “colonizados, sometidos al oscurantismo más terrible e ignominioso” a instancias de Estados Unidos, “que le tiene miedo a un campesino, a un indígena, a un hombre honesto”.

España y Francia desmintieron la información brindada por el gobierno boliviano. España aseguró que “no es verdad” que su país pusidera como condición para el aterrizaje que se pudiera revisar el avión, y Francia indicó que hubo “informaciones contradictorias” sobre quién viajaba en él, pero que ni bien se supo que estaba a bordo Morales se le otorgó autorización.

Más allá de estas puntualizaciones tardías, el daño estaba hecho, y ahora Bolivia tomará una serie de medidas. Convocó de urgencia a los embajadores de Francia, Italia y Portugal en La Paz para que expliquen las acciones de sus gobiernos, y presentará una queja formal ante la ONU, según informó Sacha Llorenti, embajador de Bolivia ante ese organismo.

Además, los cancilleres de los países miembros de la Alternativa Boliviana para los Pueblos de América harán una reunión de emergencia y buscarán fomentar “un debate en la ONU sobre la violación del derecho internacional”, mientras que la Unión de Naciones Suramericanas está evaluando hacer una reunión.

Varios mandatarios latinoamericanos mostraron su solidaridad con Morales. La argentina Cristina Fernández dijo, mediante Twitter: “Definitivamente están todos locos. Jefe de Estado y su avión tiene inmunidad total. No puede ser este grado de impunidad”. El venezolano Nicolás Maduro, por medio de la misma red social, aseguró que se trató de una “agresión peligrosa, desproporcionada e inaceptable”. El gobierno ecuatoriano expresó su “profundo rechazo” e indicó que la situación “provocó un incidente que podría haber tenido muy serias consecuencias para la vida de Morales” y apuntó al “irrespeto a los convenios internacionales en materia de tráfico aéreo, violados de manera incomprensible”.

Incluso el secretario de la OEA, José Miguel Insulza, manifestó una profunda molestia por lo sucedido: “Nada jutifica una acción de tanto irrespeto por la más alta autoridad de un país”, manifestó en un comunicado, en el que también pidió explicaciones por las decisiones tomadas, “particularmente porque ello puso en riesgo la vida del primer mandatario de un país miembro de la OEA”.