La Liga Árabe emitió ayer un comunicado en el que reclama una agenda para las negociaciones. El texto, firmado por el secretario general adjunto de la organización panárabe para Asuntos Palestinos, Mohamed Sobeih, dice que las reglas para que palestinos e israelíes se sienten a negociar, tal como anunció el jefe de la diplomacia estadounidense, deben ser claras para que tengan éxito. “La Liga Árabe vigila la postura israelí para que Israel no logre lo que quiere, que es negociar por negociar”, escribió Sobeih. Además, destacó que el diálogo, cuya duración no será menor a nueve meses, debe basarse en la solución de dos Estados y en el retorno a las fronteras anteriores a 1967. Esta última condición seguía siendo rechazada por el gobierno israelí ayer, al igual que el cese de la colonización en territorios palestinos ocupados. Kerry tuvo que viajar de improviso el sábado a Ramala, para “dar garantías” al jefe de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y líder del partido Al Fatah, Mahmud Abbas, de que Estados Unidos presionará a Israel para que negocie en base a esas fronteras. Por otro lado, como “muestra de buena voluntad”, el ministro israelí de Relaciones Internacionales y Asuntos Estratégicos, Yuval Steinitz,
anunció que su país liberará presos palestinos, incluso algunos que están detenidos desde hace varias decadas, pero no dio más detalles al respecto. Steinitz aclaró además que “no hay ninguna posibilidad de que aceptemos entrar en negociaciones que comiencen por definir las fronteras territoriales o con concesiones por parte de Israel, incluida la congelación de la construcción” de asentamientos. Ayer, la oficina del primer ministro israelí, emitió un comunicado para puntualizar que sus “interlocutores en las negociaciones tendrán que hacer concesiones que permitan mantener la seguridad del Estado de Israel y proteger sus intereses vitales”, que el diálogo “no será fácil”, pero sí “responsable, serio y directo al grano -y en sus fases iniciales- también discreto”.

Del lado palestino, las críticas más duras llegaron del movimiento islamista Hamas, que gobierna la Franja de Gaza y debería acordar con la ANP un hipotético gobierno de unión nacional para agosto. El vocero de ese movimiento, Sami Abu Zuhri, tachó el acuerdo de “muy peligroso”. “Sólo sirve al ocupante israelí”, además de ser “contradictorio con el consenso nacional acordado entre palestinos”, dijo.
En tanto, el Frente Popular para la Liberación de Palestina -el partido más importante de la Organización para la Liberación de Palestina después de Al Fatah- emitió un comunicado en el que “rechaza” el acuerdo con Israel porque “causa un grave daño a la causa palestina” y “no consigue las demandas mínimas nacionales del pueblo palestino”.

Algunos medios palestinos manejaban ayer, según la agencia de noticias Efe, la posibilidad de que Erekat, pospusiera su viaje a Washington hasta que no se aclaren los términos de las negociaciones.