La presidenta Dilma Rousseff aceptó la renuncia del hasta ayer ministro de Relaciones Exteriores, Antonio Patriota, quien dejó el cargo luego del incidente diplomático que se generó tras la fuga hacia territorio brasileño del senador boliviano Roger Pinto Molina.

Según informó el diario Folha
 basado en fuentes cercanas a la mandataria, ésta se molestó mucho con la actuación de los funcionarios de la Embajada brasileña en la capital boliviana, particularmente con Eduardo Saboia, diplomático de carrera que reconoció haber facilitado el traslado de Pinto Molina, senador opositor al gobierno de Evo Morales que estaba condenado a un año de prisión por hechos de corrupción y que estaba refugiado en la delegación brasileña en La Paz desde hacía 15 meses, hasta el sábado, cuando se supo de su arribo a Brasilia. El gobierno boliviano calificó el hecho como “grave” y de inmediato solicitó explicaciones a Brasil. Fue en ese marco que ayer Patriota se reunió en el final de la tarde con la presidenta Rousseff y luego del encuentro se supo que el hasta ayer canciller dejará el cargo y será destinado a la delegación brasileña en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Su reemplazante al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores será Luiz Alberto Figueiredo Machado, quien se desempeñaba como representante de Brasil en la ONU. Figueiredo Machado, de 58 años, tiene una extensa carrera diplomática y fue el coordinador general de la Conferencia de Desarrollo Sostenible de la ONU, conocida como Río+20, que se celebró a mediados del año pasado en Río de Janeiro. En el comunicado oficial en el que se anunció la salida de Patriota, la presidenta de Brasil le agradeció “la dedicación y el empeño que demostró durante los más de dos años que permaneció en el cargo”.