El ministro de Defensa de Colombia, Juan Carlos Pinzón, confirmó ayer que en una operación conjunta del Ejército, la Policía y la Fuerza Aérea murieron los números uno y dos del sexto frente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Miguel Ángel Cardona, conocido como El Burro y Arley Medina Prado, alias Jaimito. En los combates que se produjeron en una zona rural del departamento del Cauca, en el suroeste del país, se rindió además un tercer guerrillero que sería el encargado de la seguridad de ambos líderes.

Según medios colombianos, durante el operativo realizado el domingo también murió un miembro de la Fuerza Aérea, pero esa información no fue confirmada por las autoridades. Los resultados de este operativo se dieron a conocer una semana después de que el Ejército abatiera a Jesús Antonio Plata Ríos, conocido como Zeppelin, quien integró durante 30 años la guerrilla y fue considerado uno de sus ideólogos. Pinzón aprovechó la confirmación para llamar a los guerrilleros a desmovilizarse: “Vienen, se presentan y entregan sus armas, y pueden reencontrarse con sus familias y con el futuro”, indicó en conferencia de prensa.

Según la Agencia Colombiana para la Reintegración, en lo que va de 2013 las desmovilizaciones aumentaron 18% respecto del mismo período del año pasado. La mayor parte de ese aumento, 86%, corresponde a guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional, mientras la desmovilización de militantes de las FARC aumentó 8%.

El ministro de Defensa también señaló que desde que comenzó el gobierno de Juan Manuel Santos, hace tres años, murieron 46 comandantes de las FARC, incluidos dos que pertenecían al secretariado ejecutivo de la organización.

La caída de dos de los líderes de la guerrilla fue dada a conocer mientras en La Habana representantes del gobierno y de las FARC se sentaban nuevamente a la mesa para reiniciar las conversaciones tendientes a alcanzar un acuerdo de paz.

Antes de esta nueva ronda de negociaciones, el sábado, Santos estuvo en la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova y le dijo a la nueva cúpula militar -que estaba allí haciendo el reconocimiento de la tropa- que asume en “un momento de inflexión” por la posibilidad de que se alcance la paz con la guerrilla. “Toda guerra termina con unos acuerdos, en una conversación con el enemigo. Espero que podamos terminar esta guerra lo más pronto posible. Pero para terminarla es necesario continuar la ofensiva, no bajar la guardia”, advirtió. En su discurso, Santos también se dirigió al jefe máximo de las FARC, Timochenko, quien reprochó al presidente que hubiera dicho que seguía siendo un objetivo de alto valor. El líder guerrillero aseguró que con esas declaraciones no colaboraba con el proceso de paz. “Yo le digo”, advirtió Santos, “éstas fueron las condiciones desde el primer día en que iniciamos estos diálogos: no va a haber cese al fuego, no vamos a bajar la guardia”.