El ex comandante en jefe del Ejército chileno (2002-2006) Juan Emilio Cheyre renunció a su cargo de presidente del Servicio Electoral de Chile, tal como reclamaban familiares de víctimas de la dictadura, luego de que tomara estado público que había entregado en un convento a Ernesto Lejderman, hijo de una mexicana y un argentino ejecutados en 1973, antes de que fuera restituido a sus abuelos.

Aunque esa actuación no es un crimen imputable, Lejderman y víctimas de la dictadura creen que sabe más de lo que dijo que y debería “romper la ley del secreto”. “No estoy dispuesto a que [...] subsista una brutal incomprensión del actuar militar, y no deseo que habiéndose concentrado en mi persona esa penosa realidad, eso llegue a afectar al Ejército”, dijo Cheyre al renunciar, decisión que fue saludada por el Ejecutivo chileno. Sin embargo, Cheyre, sobre quien pesa un pedido de procesamiento por varias ejecuciones durante la dictadura, seguirá integrando la directiva del Servicio Electoral.