La intervención militar estadounidense en Siria, que hasta hace pocos días parecía inminente, es ahora una alternativa ciertamente lejana, luego del giro inesperado que la situación tomó el lunes, cuando tras sucesivas declaraciones de las más altas autoridades diplomáticas estadounidenses y rusas se encaminaron a una fórmula de salida negociada.

La base de la solución sería que el gobierno sirio entregara y pusiera bajo custodia de la comunidad internacional su arsenal químico, además de detener por completo la producción de este tipo de armamento. La propuesta inicialmente presentada por Rusia fue evaluada positivamente por la mayor parte de los involucrados, por lo que ahora la decisión pasará al ámbito del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Este órgano se iba a reunir ayer, pero el encuentro se pospuso a pedido de Rusia, para dar tiempo a afinar los detalles de las resoluciones y los documentos a tratar.

En ese sentido, mañana en la ciudad suiza de Ginebra se producirá un cónclave crucial entre el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, en el que puede empezar a encaminarse una salida a la crisis generada luego del ataque químico del 21 de agosto en las afueras de Damasco, atribuido al Ejército sirio, pero sobre el que existen muchas dudas, algunas de las cuales podrán ser despejadas luego de que se conozca el informe de los expertos de la ONU que hicieron pericias en el lugar. Se presume que la reunión entre Kerry y Lavrov será una instancia decisiva en la que presumiblemente se trazará buena parte del destino de esta historia. El canciller ruso adelantó que su gobierno presentará un plan “concreto, riguroso y viable” para que las armas químicas sirias puedan ser puestas bajo control.

Uno de los principales actores en esta trama, el presidente estadounidense, Barack Obama, que desde un primer momento evaluó positivamente la propuesta rusa, bajó el tono belicista y ayer mantuvo esa tesitura durante una reunión en el Capitolio con un grupo de congresistas demócratas. El mandatario solicitó a los legisladores de su partido posponer la votación de un eventual ataque a Siria, para dar tiempo a que se analice el tema en la ONU. Obama considera que la alternativa de poner bajo control el armamento químico sirio no es para nada desdeñable y que además evitaría poner en marcha una intervención militar que cuenta con fortísimas resistencias tanto en Estados Unidos como en la comunidad internacional.

El presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó ayer que la propuesta de su gobierno sólo será exitosa si Estados Unidos renuncia definitivamente a intervenir en Siria. “Es difícil forzar el desarme unilateral de Siria o de cualquier otra nación cuando contra ella se está preparando una acción militar”, sentenció Putin, citado por la agencia rusa de noticias Ria Novosti. El jerarca develó ayer que la opción de poner bajo control internacional las armas químicas en poder de Siria ya se la había planteado directamente a Obama la semana pasada durante la cumbre del G20 en San Petersburgo, lo que agrega un dato novedoso hasta el momento. Según informó Reuters, Putin dijo que la propuesta de su gobierno sobre la proliferación de armas de destrucción masiva ya es “conocida” y confirmó que la posible “colocación de las armas químicas de Siria bajo control internacional” fue discutida en su encuentro con Obama.

También ayer el gobierno sirio reiteró su voluntad de mostrar y poner a disposición internacional su arsenal químico, además de detener la producción de éstos. “Estamos dispuestos a mostrar las instalaciones a los representantes de Rusia, de otros países y de la ONU”, declaró el canciller Walid Mualem en una entrevista con la cadena de televisión árabe Al Mayadeen.