“Éste es un súper resultado”, celebró la canciller alemana, Angela Merkel, que se aseguró su segunda reeleccion como líder de gobierno en la jornada electoral. “Haremos todo lo posible para convertir a los próximos cuatro años en los más exitosos de Alemania. Es demasiado pronto para decir cómo seguiremos adelante, pero debemos celebrar”, dijo, refiriéndose a que los resultados de las encuestas a boca de urna le daban la mayoría pero también la obligaban a buscar un aliado.

Los primeros sondeos a boca de urna realizados por los canales de televisión pública ARD y ZDF coincidieron en mostrar a la CDU muy cerca de la mayoría absoluta, con 302 de 606 escaños en el Bundestag (Parlamento federal), pero con el pasar de las horas ambos canales actualizaron sus resultados y bajaron sus estimaciones de voto para la CDU de 42,5% a 42%, votación que le permitiría contar con unos 297 o 298 escaños. Aun así, obtuvo la mayor votación desde la reunificación alemana, en 1990.

El centroizquierdista SPD no logró superar el 26% que hace meses anunciaban las encuestas, pese al último impulso, en el que trepó hasta 28% de intención de voto. Aun así, recibió 3% más de votos que en las votaciones anteriores. Antes de la celebración de las elecciones se advertía en Alemania que el margen de indecisos, decisivo, suele inclinarse en ese país por el oficialismo, y esta advertencia parece haberse concretado en la jornada de ayer. Pero hay otro factor que endurece aun más la derrota del SPD: hubo una alta participación, de 73% del electorado, y a diferencia de lo habitual, esa alta presencia en las urnas benefició a la CDU y no al SPD. Los primeros sondeos confirman la debacle del Partido Liberal, que según las proyecciones dadas a conocer ayer había obtenido 4,5% de los votos, por lo que no logró alcanzar el piso de 5% que permite el ingreso al Bundestag. Si este resultado se ratifica con los datos oficiales, por primera vez este partido, que integró 17 de los 22 gobiernos de Alemania, quedaría fuera del Parlamento.

Los liberales tuvieron una votación incluso peor que la del nuevo partido Alternativa para Alemania, que entre otras cosas propone desmantelar la zona euro. Resta esperar los resultados oficiales para saber si entrará al Bundestag, porque los sondeos le auguran 4,8% de los votos, y las dos décimas que lo separan del ingreso al Parlamento están contenidos en el margen de error.

Los verdes y La Izquierda, dos formaciones minoritarias, tuvieron un respaldo menor que en 2009. Los verdes bajaron de 10,7% a 8,1%, y La Izquierda de 11,9% a 8,5%. La baja votación de partidos secundarios pero tradicionales en la política alemana dejó en evidencia que la mayoría de los votantes se volcó hacia los partidos fuertes del espectro político. Conocidos los resultados, los líderes de todas las formaciones reconocieron la victoria de Merkel y tanto los verdes como el SPD se mostraron decepcionados con los resultados. “Ha sido un gran éxito para la Unión y la felicitamos”, dijo el presidente del SPD, Sigmar Gabriel, quien agregó que ahora “la pelota está del lado de Merkel” y es ella la que “debe ver cómo hace para lograr una mayoría”. El candidato a canciller del SPD, Peer Steinbrück, por su parte, sostuvo: “No estamos satisfechos, queríamos tener un resultado mejor”.

El mal resultado del SPD y la posibilidad de que tenga que volver a aliarse con la CDU, tal como hizo entre 2005 y 2009, amenaza la estabilidad de la formación. En una entrevista publicada por el diario Bild, Steinbrück aseguró que no volvería a ser ministro de Merkel. “Quiero ser el canciller de una coalición de socialdemócratas y verdes. No estoy a disposición para el equipo de gobierno de una gran coalición”. Según medios europeos, esta advertencia cayó mal entre los líderes del partido liderado por Gabriel, quienes le advirtieron que si Merkel los va a buscar prescindirán de él y se unirán al gobierno. La posibilidad de una gran alianza entre los dos principales partidos se perfila como la más probable, pese a que la CDU podría pactar con los verdes, ya que con La Izquierda las diferencias ideológicas lo hacen casi imposible.