La idea de una Asamblea Constituyente propuesta por Zelaya en 2009 acercó a Rosales al entonces presidente. Cuando Zelaya fue depuesto, esta feminista con raíces comunistas se convirtió en fundadora del actual FNRP. Es coordinadora nacional del Movimiento de Mujeres en Resistencia (Mur), que tiene la preocupación de mantener su capacidad de “auditar” y ser un “cable a tierra” en su partido, Libertad y Refundación (Libre), que participará en las elecciones del 24 de noviembre. Libre y otros de los nueve partidos en carrera advierten del riesgo de fraude, una de las razones que motivaron la presencia de Rosales en Montevideo la semana pasada.
-¿Cómo vienen estas elecciones?
-Existe la posibilidad de que no se llame a elecciones porque el candidato de gobierno, el actual presidente del Congreso Nacional [Juan Orlando Hernández], no tiene el éxito que él esperaba. Está cuarto en los sondeos y Xiomara le lleva 16 puntos de ventaja. Pero el tipo quiere ser presidente a cualquier precio y se ha planteado ese escenario como un extremo. Aduce que no hay suficiente dinero para la elección. Lo plantean como para generar crisis, confusión. Pero todas las encuestas señalan que Xiomara Castro es la primera en intención de voto.
-Se critica a Castro por su falta de formación académica.
-La compañera Xiomara Castro es una mujer muy valiosa, capaz, valiente, inteligente. Es propaganda que la presenten como una mujer mediocre, que no piensa, pantalla del compañero Zelaya. Pero es una mujer que se ha ganado la simpatía del pueblo. Cuando dirigió la Secretaría de Desarrollo Social siendo la primera dama, rompió con el mito de que era un adorno y ejerció con capacidad y diligencia. Además hemos tenido presidentes que nunca terminaron primaria, que casi no sabían leer ni escribir, pero eran hombres. Además, la compañera Xiomara se deja asesorar, es muy abierta y escucha. Eso es muy importante. El hecho de que tenga sólo un nivel de educación secundaria no cuenta en este caso, porque en la práctica ha demostrado que puede gerenciar instituciones de alto nivel.
-El proceso informático de los votos está a cargo de una empresa privada del actual ministro de Seguridad, el ex canciller Arturo Corrales Álvarez. ¿Eso les preocupa?
-Por eso tenemos una gran desventaja y temores reales de fraude, porque Arturo Corrales tiene mucho poder. Es dueño de esa empresa y también controla los medidores de energía eléctrica, y tiene una empresa, que se llama Ingeniería Gerencial, que maneja encuestas. Sus propias encuestas dan que Xiomara va ganando; eso llama mucho la atención y explica la desesperación del candidato del gobierno, que no logra acercarse a ella y de hecho se está distanciando.
-¿Por qué apoyó a Zelaya y ahora a Xiomara?
-Hasta ahora siempre pensé que no valía la pena participar en política, porque en mi país ha habido un bipartidismo espantoso por más de 150 años. Nunca he sido del Partido Liberal ni de ningún partido tradicional, soy una mujer organizada de izquierda. Empecé mi trabajo en la Juventud [Comunista] y he seguido en la lucha. Cuando Zelaya llegó al poder yo no voté por él. Mi actitud cambió, como la de muchos, después de su segundo año de gobierno, cuando empezó a abrirse, a tener relaciones internacionales con los países del sur, con ustedes, sobre todo con Venezuela. Dio un giro inesperado y se apartó de las tendencias tradicionales. Luego, cuando él planteó su proyecto de la cuarta urna [para votar una Asamblea Constituyente], yo decidí participar y apoyarlo, porque la propuesta de Zelaya -que ahora es nuestro coordinador general del partido y del FNRP- significaba abrir la participación ciudadana. Y poco después tuvo lugar el golpe.
-¿En qué quedó la Asamblea Constituyente? Estaba en el acuerdo de Cartagena, por el que Zelaya pudo volver a Honduras.
-Sí, pero eso [de la Asamblea] se lo guardaron. El acuerdo, en líneas generales, no se está cumpliendo. Lo que sí se logró fue el regreso de Zelaya y la inscripción de nuestro partido. El acuerdo establecía que podíamos inscribirlo por decreto. Pero nosotros jamás íbamos a aceptar que naciera así. Hicimos todo el proceso normal, y lo hicimos en dos ocasiones, porque la primera vez recogimos firmas y llevamos todos los requisitos al Tribunal Supremo Electoral, pero nos rechazaron la solicitud.
-Uno de los temas centrales de la campaña es la inseguridad. Se dice que no es un fuerte de la izquierda. ¿Qué receta tienen?
-[Se ríe] Nosotros apuntamos al concepto de seguridad humana, un concepto integral, que tiene que ver con la participación de la ciudadanía, la policía comunitaria y el respeto a los derechos humanos. Nos oponemos a la militarización de la sociedad que estamos viviendo ahora. Ellos creen que la receta es que haya más militares en la calle, más armas en la calle. Apostamos a un proceso diferente, que incluye también el tema del empleo porque el alto desempleo que hay en Honduras genera maras y una serie de situaciones que socialmente nos tienen muy dañados.
-¿Qué pasó con la tregua de las maras anunciada en mayo?
-No se está cumpliendo. Para nosotros el tema de las maras va a ser muy fuerte al llegar al gobierno, porque está muy extendido. Incluye el narcotráfico, lo que hace más compleja la situación, ya que prácticamente se organiza un ejército irregular con más armas que el Ejército. Hay una impunidad absoluta en el país, y la población se siente desprotegida. Cuando cayeron los primeros compañeros en las movilizaciones, el comisionado de los Derechos Humanos decía que los militares disparaban balas de goma. Sin embargo, los compañeros están muertos. Si el ombudsman plantea esas cosas, ¿a dónde vamos a ir?; ¿a quién recurrir: a una Fiscalía que está del lado del poder, a una Corte Suprema que el mismo Juan Orlando ha modificado poniendo sus propios peones?
-¿Qué lugar tiene la mujer en la sociedad hondureña?
-Las mujeres somos más de 51% de la población y más de 53% de la población con derecho a voto. Sin embargo, ese caudal político no se ve reflejado en los puestos de decisión ni de gerencia del Estado. Es una de las cosas por las que luchamos por medio del Mur, para que el FNRP sea una organización laica, democrática, antineoliberal, anticapitalista y que también nos definamos como antipatriarcal. Lo logramos, pero en el entendido de que es un proceso. El patriarcado está dentro del cerebro de todos y de todas, pero ya logramos una cuota de participación de 50% para las mujeres en los estatutos del FNRP.
-Usted da por hecho que van a ganar, pero muchos creen que no los van a dejar.
-Consideramos que Libre va a ganar. Eso pasa por la posibilidad de fraude electoral. Por eso en este viaje a Uruguay he venido a solicitar a las organizaciones y al Frente Amplio que nos apoyen con observadores internacionales. Es muy importante para verificar el proceso. Por otro lado, sabemos que hay gente que está dispuesta a llevar a cabo acciones violentas para no permitir que ganemos. Pero como somos positivos y tenemos mucha confianza en nuestra población y nuestra gente, consideramos que en primer lugar la gente va a salir a votar. También estamos trabajando en la organización interna para defender el voto. Y luego estamos dispuestos, y dispuestas, a salir a la calle para pelear, con un método de lucha definido: pacífico pero activo.