La presión sobre el gobierno italiano aumenta a medida que se acerca el lunes, día en el que está previsto que una comisión del Senado someta a votación la posibilidad de expulsar del cuerpo al ex primer ministro Silvio Berlusconi.

La votación se convocó automáticamente cuando el máximo órgano de la Justicia italiana ratificó la condena a cuatro años de prisión para Il Cavaliere por fraude fiscal en el caso Mediaset, a comienzos de agosto. Si se aprueba la expulsión Berlusconi no sólo perdería su puesto parlamentario sino también la posibilidad de presentarse a elecciones, por tener antecedentes penales.

La formación del ex primer ministro, Pueblo de la Libertad (PdL), está presionando al Ejecutivo de Enrico Letta, del Partido Democrático (PD), para que se exima a Berlusconi de la sanción, extremo muy poco probable. La presión se basa en que si el PdL resta su apoyo al gobierno de Letta éste caerá, porque el PD no cuenta con la suficiente cantidad de parlamentarios en ambas cámaras como para mantenerse por sus propios medios en el poder, por lo que se debería convocar a nuevas elecciones. Ayer Il Cavaliere se reunió con sus asesores más cercanos, algunos de ellos ministros. En la reunión, cuyos contenidos fueron publicados por el diario La Repubblica, se propuso que los dirigentes de PdL que forman parte del Ejecutivo presenten sus renuncias antes del lunes, el día de la votación. “No tiene sentido esperar, las respuestas ya se han dado”, aseguró Berlusconi, en referencia a que el PD ya ha dejado claro cuál es su postura: votará por su exclusión así le cueste el gobierno. Según trascendió, mañana mismo los parlamentarios de Pdl se reunirán con Berlusconi en su residencia de Arcore, localidad cercana a Milán, y en dicho encuentro el líder partidario plantearía la salida del bloque de la coalición de gobierno.

Los dichos atribuidos a Berlusconi generaron una inmediata respuesta del ministro encargado de las relaciones entre el Ejecutivo y el Parlamento, Dario Franceschini, quien pidió a PdL que termine con las amenazas, especialmente mientras Letta está en la ciudad rusa de San Petersburgo, donde participa en la cumbre del G20: “Es una reunión con una agenda importantísima”, señaló Franceschini, llamando a interrumpir la “serie continua de amenazas” que “llena los periódicos, preocupa a los mercados y daña el peso y la imagen de Italia”. El miembro del PD especializado en justicia, Danilo Leva, lamentó que en PdL “todos sean sordos y ciegos”, y les dio un consejo: “PdL tiene que enfrentar el problema. Ellos son responsables de separar el destino del gobierno de las historias personales de Berlusconi”.