Si América Latina tuviera forma cuadrada este enfrentamiento por el territorio marítimo probablemente no existiría. Actualmente las costas de Pacífico están divididas entre Perú y Chile de facto por el paralelo que pasa por el punto en el que termina la frontera terrestre al encontrarse con el océano. Chile sostiene que esa división es correcta y que fue pactada entre ambos países en acuerdos pesqueros de la década del 50, en los que también participó Ecuador.

Perú asegura que no, que nunca se firmaron los límites, que lo que le corresponde, según la Convención del Mar, considerada la “Constitución de los Océanos”, es el territorio marítimo que está hasta a 200 millas de la plataforma terrestre y que la delimitación no debe ser por el paralelo sino una continuación de la línea de frontera seca. Entre el paralelo y la línea diagonal que propone Perú se forma un triángulo de unos 28.000 kilómetros cuadrados que Chile considera propios. Pero además Perú pide a La Haya que le reconozca soberanía hasta las 200 millas de su costa, territorio que Chile considera altamar, porque la línea -imaginaria- paralela a 200 millas del fin de su área terrestre no comprende esos territorios como sí lo hace la de Perú. Ambos espacios suman unos 38.000 kilómetros cuadrados.

En 2007 el entonces presidente peruano Alan García comunicó a Chile que recurriría a la Corte Internacional de Justicia para hacer estos reclamos, y en 2008 presentó la denuncia en La Haya.

Por el paralelo

El presidente chileno, Sebastián Piñera, convocó ayer al Consejo de Seguridad Nacional (Cosena), organismo integrado por los comandantes de las Fuerzas Armadas, el director de Carabineros y los presidentes de la Corte Suprema, del Senado y de la Cámara de Diputados, y se encarga de asesorar al mandatario en seguridad nacional.

Ésta es la primera vez que Piñera lo convoca -de hecho no se reúne desde noviembre de 2005- y en un comunicado manifestó que lo hace para abordar "los antecedentes jurídicos de la defensa de nuestro país ante el Tribunal Internacional de La Haya".

Hay versiones contrapuestas sobre cuándo comenzaron las conversaciones sobre los límites. Perú sostiene que lo plantea desde 1986, pero el ex canciller chileno Ignacio Walker sostiene que recién en 2000 Perú envió una nota diplomática poniendo en tela de juicio las divisiones que este país consideraba establecidas.

El fallo se conocerá el 27 de enero y en ambos países los partidos políticos se comprometieron a acompañar a los gobiernos en las decisiones que tomen respecto del fallo. Tanto Chile como Perú se comprometieron a acatar la decisión de la corte, pese a los antecedentes de los últimos fallos.