Nadie dio una explicación formal sobre el cambio de actitud de Cristina Fernández, que realizó su último acto el 10 de diciembre, cuando se celebraron los 30 años de democracia en su país. Los motivos que se barajan son más que nada especulaciones. Según rastreó la diaria, su última declaración pudo haber sido para la agencia estatal Télam, el 26 de diciembre, cuando ratificó que “no hay ninguna posibilidad de ‘Cristina 2015’ para ningún cargo electivo”. Este hecho puede ser una pista, o en todo caso apoyar la teoría de quienes creen que Fernández está dejando espacio a sus potenciales sucesores.

Su nuevo jefe de gabinete, Jorge Capitanich, está muy expuesto desde que asumió en noviembre, cuando Fernández se reintegró tras dos meses de licencia, debido a que la operaron por un hematoma entre el cráneo y el cerebro. El ex gobernador de la provincia de Chaco hace una conferencia de prensa por día y como potencial candidato oficialista a presidente para las próximas elecciones esto aparece como una prueba de fuego, ya que ocupa el vacío mediático dejado por Fernández. Además de él, las aspiraciones del gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, son conocidas. Otro que también podría candidatearse, y con un apoyo importante en la interna, es el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, que no es tan mediático y mantiene un perfil bastante discreto a nivel nacional. Además, es probable que se sumen a las internas kirchneristas el ex jefe de gabinete y actual senador Aníbal Fernández, y el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, entre otros.

El oficialismo está dejando “libres” a los aspirantes, quizá para juzgar el apoyo electoral que concitan. “Ella [por Fernández] aún no ha tomado posición respecto de la metodología para la selección de un candidato”, dijo Capitanich al diario argentino Página 12, el lunes.

Sin embargo, aunque el bajo perfil de Fernández puede responder a una estrategia política, una lectura atenta de la prensa muestra que se espera su regreso para marzo. Además, los médicos le recomendaron limitar sus exposiciones al estrés. Sobre la base de “fuentes oficiales”, el diario La Nación publicó en noviembre, cuando se le dio el alta médica y días antes de que se reintegrara: “Su regreso será, al principio, con un muy bajo nivel de actividad y en forma gradual, para evitar esfuerzos físicos y su exposición al estrés”.

Sin embargo, en el oficialismo tampoco hablan de motivos de salud. “Todos los días desempeña sus respectivas funciones; lo hace con el mismo espíritu, creatividad, entusiasmo y pasión de siempre”, dijo Capitanich ayer en su comparecencia ante los medios. El secretario general de Presidencia, Óscar Parrilli, habló cuando se cumplió un mes de silencio de Fernández en términos similares: “Está perfectamente bien, gobernando, definiendo, decidiendo y reuniéndose con los ministros. No hay necesidad de que haga declaraciones. Va a hablar y hacer actividad pública cuando lo sienta oportuno”.

Además, llama la atención que Fernández tampoco publique nada en Twitter, en donde solía escribir a diario. Su último tuit fue el 13 de diciembre.

De todas maneras, por más silenciosa que esté, Fernández sigue ocupando un importante lugar en los medios. Se la nombra como artífice de la mayoría de las decisiones del gobierno y, mucho, por su silencio. La presidenta también está en boca de sus opositores; el ex oficialista y dirigente sindical Hugo Moyano dijo la semana pasada: “La ausencia de Cristina [Fernández de] Kirchner crea especulaciones, no sabemos qué está pasando”.