Ayer, 12 de octubre, en Bolivia era oficialmente el “Día del Luto por la Miseria, Enfermedades y Hambre que trajo la invasión europea a América” -declarado así por un gobierno que ha rechazado la herencia colonial del país-, y también de votar en elecciones presidenciales, legislativas y para designar representantes en organismos de integración regional. Desde el exterior votaron unos 272.000 bolivianos en 33 países, entre ellos Uruguay, donde eran 129 los ciudadanos habilitados.

El voto consular entró en vigencia en 2009, pero ese año se implementó sólo en cuatro países, entre ellos Argentina, donde ayer se encontraba la mayor comunidad de bolivianos en el exterior habilitados para votar (unos 120.000). “Después de tantos años de espera, el llamado voto en el exterior se ha cumplido esta vez con mucha efectividad, gracias al trabajo conjunto de nuestra cancillería con el Tribunal Supremo Electoral”, dijo Morales.

También se refirió a que hackearon la cuenta de Twitter de la estatal Agencia Boliviana de Información; en esa cuenta, el sábado, se dio la información falsa de que él había sufrido un atentado y había muerto. “Esta clase de informaciones por redes sociales busca perjudicar la participación del pueblo boliviano”, dijo el presidente, y pidió a los votantes que no se dejen confundir.

El gobierno dispuso que el Tribunal Supremo Electoral investigue ese ciberataque; del mismo modo, reaccionó con fuerza cuando el viernes, la empresa Embotelladoras Bolivianas Unidas (Embol), que comercializa la marca Coca-Cola, anunció que pensaba aumentar sus precios. “La medida de la Coca-Cola cae en un acto abiertamente político y un atentado contra el bolsillo de los bolivianos, debido a que lanza esta medida justamente a dos días de las elecciones generales”, dijo la ministra de Desarrollo Productivo, Teresa Morales. Acto seguido, las autoridades se reunieron de emergencia con representantes de la empresa, y el sábado ésta anunció que la medida quedaba suspendida hasta encontrar un acuerdo con el gobierno. Coca-Cola es una de las bebidas sin alcohol más consumidas en el país y, de acuerdo con la agencia de noticias Efe, las ventas de la marca aumentaron 7,5% en 2013. Por otra parte, el alza de precios es una de las principales preocupaciones de los bolivianos.

Para todos los gustos

Morales lideró la campaña electoral sin que los otros cuatro candidatos pusieran en peligro su reelección en ningún momento. Su principal rival, el empresario cementero Samuel Doria Medina, del partido centroderechista Unidad Nacional, se postulaba a la presidencia por tercera vez. En 2005 había llegado tercero con 7,81% de los votos, y en 2009 quedó en el mismo lugar con 5,65%. Ayer, según las encuestas a boca de urna, quedó segundo con 24% o 25% de los votos.

También competían ayer el ex presidente Jorge Quiroga (2001-2002), el abogado defensor de derechos humanos socialdemócrata Juan del Granado y el indígena y ex aliado de Morales Fernando Vargas. En las elecciones de 2005, la oposición obtuvo 43% de los votos frente a 57% del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), y en 2009, la oposición cayó a 35% mientras que el MAS reunió 65% de los sufragios.

Morales, que se destacó por su defensa de la soberanía nacional, la nacionalización de la producción energética y el comienzo de su carrera política como líder cocalero, logró en nueve años de gestión no sólo convertirse en el presidente democrático que más tiempo permaneció en el cargo en la historia del país, sino también seducir a sectores que antes eran oposición.

“Con Evo los empresarios han ganado más que nunca” es una frase que los oficialistas señalan como algo positivo, mientras que la oposición la usa como reproche, señaló la BBC. En los dos casos apunta a la bonanza económica que atraviesa el país desde 2006 (ver http://ladiaria.com.uy/UFi). Era en este contexto que Morales era favorito ayer, incluso en la ciudad de Cochabamba, tradicional feudo opositor, donde fue persona no grata durante los primeros años de su mandato. Si ayer ganaba en ese distrito, el oficialismo tenía previsto festejar allí su victoria, en el mismo lugar donde ya había cerrado su campaña.

Para un próximo mandato los planes de Morales apuntan a lograr la industrialización del país, con grandes proyectos para darle valor agregado a la producción nacional: dos plantas de tratamiento de gas natural, una productora de amoníaco y urea, otra de propileno y polipropileno, y una más de etileno y polietileno. Por esto, el académico John Crabtree, autor del libro Bolivia: proceso de cambio, le dijo a la BBC que “hay tensión entre la explotación de recursos naturales y el respeto por los derechos de la tierra de los indígenas [...] particularmente en la zona en la que se encuentran las tierras bajas, en las que están las reservas de gas y petróleo”.