Blaise Compaoré, presidente de Burkina Faso durante 27 años, huyó del país el sábado y se refugió en Costa de Marfil después de varias jornadas de movilizaciones en su contra. Ni bien se conoció su huida, el jefe del Estado Mayor, el general Nabéré Honoré Traoré, se autoproclamó líder de la transición. Pero horas después el Ejército aclaró que quien quedó al mando del país es el teniente coronel Yacouba Isaac Zida, que era número dos de la guardia presidencial de Compaoré. El comunicado que daba esta información fue firmado por Traoré, quien dijo que había sido una “confusión” la que lo llevó a nombrarse líder de la transición.

El texto agrega que “la forma y duración” del período de transición serán determinadas en conversaciones con “todos los integrantes de la nación”, informó la agencia de noticias Efe. Mientras dejaba el país, Compaoré dijo en otro comunicado que la transición duraría 90 días y terminaría con “elecciones libres”.

La oposición se negó a reconocer a Zida como líder del gobierno provisorio y exigió que este proceso sea “civil y democrático”. En otro comunicado, partidos opositores y organizaciones sociales afirmaron: “La victoria lograda tras la insurrección popular pertenece al pueblo y por consiguiente la gestión es suya por derecho y no puede, en ningún caso, ser confiscada por el gobierno”. Los firmantes, además, convocaron a nuevas manifestaciones.

Unas 1.000 personas se reunieron ayer en la Plaza de la Nación, en el centro de la capital, Uagadugú, para protestar contra la toma del poder por parte de las Fuerzas Armadas. Su reclamo contó con el respaldo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Africana y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, que manifestaron su preferencia por una transición civil y no militar.

El jefe de la ONU para África Occidental, Mohammed Ibn Chambas, informó que Zida “reflexionará” sobre este pedido e “intentará trabajar” con organismos internacionales “para encontrar un acuerdo aceptable que respete la Constitución”. Según la carta magna, es el presidente de la Asamblea Nacional quien debe asumir el mando si el presidente renuncia, pero el Parlamento fue desmantelado por las Fuerzas Armadas.

En la Plaza de la Nación los manifestantes mostraban pancartas con las consignas “Zida es Judas” o “Zida, andate” y protestaban contra lo que consideran un golpe de Estado del Ejército. Las Fuerzas Armadas desplegaron vehículos militares y soldados para dispersar a quienes protestaban y finalmente cercaron la plaza para impedirles el acceso.

Tampoco en la oposición política el panorama está claro. Durante la manifestación, los dirigentes del Partido por la Democracia y el Cambio (PDC) y sus simpatizantes intentaron tomar la sede de la radiotelevisión estatal, llamada RTB, con el objetivo de usar ese medio para que su líder, Saran Sérémé, se autoproclamara presidenta interina. Soldados llegaron a la sede de RTB antes que los militantes y dispararon al aire para dispersarlos. Otros partidos de la oposición aclararon que nadie fue elegido para representarlos y que no respaldarían la autoproclamación de Sérémé ni de otros.

Cuando los manifestantes huyeron de los tiros junto a la sede de RTB murió una persona, que todavía no fue identificada. El director del canal, David Thiombiano, aseguró que la víctima no tenía impactos de bala. Ésta no es la primera muerte que ocurre en el marco de las protestas, aunque la cantidad difiere según la fuente que se consulte: la agencia AFP informó ayer que hubo cinco muertos, Reuters reportó cuatro y Efe, “decenas”, en base a las declaraciones de un líder opositor.