A última hora del jueves 24, la guerrilla Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) liberó al brasileño Arlan Fick, de 17 años, a quien había secuestrado el 2 de abril. Ese día unos diez integrantes del EPP ingresaron a la casa de sus padres, en una zona rural, a robar comida y dinero. La Policía llegó al lugar a raíz de la llamada de un vecino, se generó un tiroteo y los guerrilleros se llevaron al adolescente para poder escapar. La casa de Arlan está en Paso Tuyá, en el departamento de Concepción, una de las regiones en las que el EPP tiene mayor presencia.
En los 267 días durante los cuales Arlan estuvo secuestrado la familia tuvo algunos contactos con la guerrilla. Primero el EPP le pidió que pagara un rescate de 500.000 dólares, que difundiera un video en el cual el grupo armado reivindica su lucha y que distribuyera canastas con comida por valor de unos 50.000 dólares en dos comunidades de Concepción, Kurusu de Hierro y Arroyito. La familia cumplió con lo solicitado, pero el EPP no liberó a Arlan.
El padre del adolescente, Álcido, pidió a las autoridades que se apartaran de la búsqueda de su hijo y confirmó la entrega del pago del rescate. Al no recibir noticias de Arlan, sus padres reclamaron alguna prueba de que estaban con vida, que les llegó recién el 22 de octubre, 20 días después del cumpleaños del joven, en un video en el que aparecía junto al suboficial de Policía Edelio Morínigo, que fue secuestrado el 5 de julio también en Concepción.
En los casi nueve meses durante los que Arlan permaneció secuestrado hubo varias manifestaciones en Paraguay en reclamo de su liberación. Una de las últimas fue justamente para pedir que Arlan pudiera pasar Navidad con su familia. El EPP no anticipó la liberación del joven, simplemente lo dejó cerca de la casa de sus padres, en un punto desde el cual tuvo que caminar algunos metros para encontrarse con una persona que le prestó el celular para llamar a su padre.
Arlan contó que el EPP lo trató muy bien, que le festejaron su cumpleaños el 2 de octubre y le llevaron un pedazo de torta, que no pasó ni hambre ni frío durante su cautiverio. También relató que las tres noches anteriores a su liberación las pasó caminando hacia el lugar en el que después lo dejaron solo. A la familia de Morínigo, el único rehén que mantiene el EPP, le dijo que lo vio por última vez el 22, antes de abandonar el campamento en el que estaban, y que él está bien.
El sábado Arlan salió con su padre a repartir canastas con comida en un asentamiento de Concepción a instancias de un pedido de los guerrilleros del EPP. “Me preguntaron si era tacaño y si me animaría a ir hasta Colonia La Fortuna y entregar canastas navideñas cuando me liberaran”, dijo a los medios paraguayos.