“El pueblo fue sabio al escoger, con toda claridad, entre el cambio y el continuismo de ayer”, opinó el candidato del Partido Acción Ciudadana (PAC), Luis Guillermo Solís, la noche del domingo, después de alcanzar 30,9% de los votos en la primera vuelta de las elecciones costarricenses. Ese respaldo fue insuficiente para ganar en primera vuelta, por lo que deberá competir en balotaje el 6 de abril con Johnny Araya, candidato del gobernante Partido Liberación Nacional (PLN). En tercer lugar quedó José María Villalta, del Frente Amplio (FA), quien había sorprendido durante la campaña, cuando por momentos llegó a encabezar las encuestas de intención de voto.
El triunfo parcial de Solís y el crecimiento exponencial de Villalta llevan a algunos analistas a prever un giro hacia la izquierda en el futuro político costarricense. Para el politólogo Rotsay Rosales, la elección representa “el resultado final de cambios importantes, no sólo en el sistema de partidos y eventualmente en el sistema político, sino también como reflejo y producto de cambios sustantivos de la ciudadanía”.
Aunque la Asamblea Legislativa (el parlamento unicameral costarricense) se verá muy fragmentada, tendrá mayor participación de legisladores progresistas y de izquierda. La gran novedad es el crecimiento del FA, que pasó de contar con un solo diputado a obtener nueve bancas en un total de 57.
En cambio, el gobernante PLN bajó de 24 a 18 su número de legisladores y el PAC obtuvo 14 bancas. Ambos partidos tienen aún la posibilidad de ganar las elecciones y tienen por delante una campaña electoral que se extenderá por dos meses.
También se cuenta entre las formaciones políticas con representación parlamentaria, con ocho representantes, el Partido Unidad Social Cristiana, que ha gobernado Costa Rica varias veces. Completan el parlamento, con uno o dos diputados, varios partidos evangélicos conservadores y de derecha liberal como Movimiento Libertario, Restauración Costarricense, Accesibilidad sin Exclusión, Renovación Nacional y Acción Demócrata Cristiana.
En opinión del politólogo Rosales, la nueva conformación de la Asamblea Legislativa podría generar dos polos ideológicos con similar número de diputados. Este escenario es nuevo. Hoy los distintos sectores progresistas cuentan con apenas una cuarta parte de la Asamblea Legislativa.
Villalta destacó este crecimiento después de la votación, en un acto ante sus partidarios: “En política no es fácil multiplicar por diez, y eso lo logramos. Se ha roto la hegemonía del PLN. Mucho se lo debemos a ustedes”. El dirigente de izquierda agregó: “Hay un nuevo equilibrio, hay más fuerzas con visión progresista, incluido el Frente Amplio, con una fuerza de izquierda democrática”.
Reflejo de otros cambios
Rosales dijo a la diaria que esta configuración electoral refleja un “proceso que no es de corto plazo”. Agregó que “forma parte de eventos o hitos históricos como la lucha contra la privatización de la energía y las comunicaciones en el año 2000, la lucha ambiental contra la minería y las petroleras, y la oposición al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos que culminó en 2007, entre otros temas que han sido mojones decisivos en los últimos 15 años”.
Esas luchas apenas están consolidando ahora un reflejo institucional que puede traducirse en presencia política en la Asamblea Legislativa y podría reflejarse en un gobierno progresista a partir del 8 de mayo, opinó el politólogo. Tanto el PAC, que tendría la opción de gobernar si triunfa en la segunda vuelta, como el FA, que multiplicó su presencia en el parlamento, fueron los principales exponentes de esas luchas sociales.
A todo eso se le agrega la atomización de los proyectos políticos más conservadores y de derecha. El politólogo Manuel Rojas dijo a la diaria que será difícil que el candidato oficialista obtenga en la segunda vuelta el apoyo de otros partidos de derecha, que han criticado los últimos dos gobiernos del PLN. Para Rojas, el candidato oficialista ya tiene menos adherentes el domingo. “Desapareció, para alguna gente, el fantasma del ‘chavismo’ o ‘comunismo’ que montaron y que inclinó a parte del electorado a votar al ‘malo conocido’”, argumentó.
El analista no vislumbra la constitución de un bloque de centroderecha alrededor de Araya, aunque sí prevé que existirán intentos de crearlo. Considera probable que se aglutine sólo el sector empresarial más rico y la tradicional base partidaria.
“Me parece que en torno a Solís, si sabe manejar las alianzas, sí podría constituirse un polo progresista, o, al menos, aglutinar las fuerzas opositoras al continuismo político”, agregó Rojas. Esto, sumado a un abstencionismo alto, podría facilitar una victoria -la primera- del PAC.