El gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, anunció ayer que le entregará a la presidenta, Cristina Fernández, un proyecto para crear un Instituto Nacional de Comercio Agropecuario, con el propósito de evitar un “ataque especulativo”.

Además, el gobernador, uno de los favoritos para ser precandidato presidencial por el oficialismo, argumentó que su país vive “una situación tan compleja como dinámica del mercado internacional de productos agropecuarios, que en los últimos años revela tendencias preocupantes que exigen una respuesta inmediata y efectiva”.

Esa institución, según detalló Urribarri, debería incorporar en sus decisiones “a las provincias y los productores”, y “conocer los márgenes de comercialización de la producción agropecuaria” para “intervenir eficazmente en los precios internos de los alimentos”. Varios medios subrayaron el parecido entre esa propuesta y la Junta Nacional de Granos creada por el primer gobierno de Juan Domingo Perón, que luego fue cerrada por el presidente Carlos Menem, en 1991.

Se habían adelantado a Urribarri los integrantes del Foro Nacional de Agricultura Familiar, que el domingo acusaron a las empresas multinacionales exportadoras de realizar “un ataque especulativo que no sólo persigue fines económicos sino que fundamentalmente tiene fines políticos [...] de desestabilización” y como solución propusieron que el Estado se encargue de administrar el comercio de los granos.

Argentina es el principal exportador mundial de aceite y harina de soja, el tercer proveedor internacional de porotos de soja y de maíz, con una demanda global que se mantiene en crecimiento, recordó Reuters. Este es un tema clave para el gobierno argentino. Ayer, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, el ministro de Economía, Axel Kicillof, y otras autoridades recibieron a representantes de las empresas comercializadoras y exportadoras de granos.

Capitanich ya había denunciado el sábado “conductas que tienen que ver con la avaricia u otro tipo de carácter especulativo”. Ayer, luego de la reunión, el jefe de Gabinete aseguró en su cuenta de Twitter que los representantes de las exportadoras “han interpretado que el tipo de cambio es estable, las tasas de interés acompañan esta decisión y el precio futuro de la soja asciende a 40 dólares menos en el futuro próximo”, por lo que “las condiciones están dadas” para vender sus reservas ahora. Esto supondría una importante inyección de dólares para alimentar de divisas al Banco Central.

Los exportadores, que están obligados a vender sus activos en dólares y reciben pesos a cambio, tienen 8,4 millones de toneladas de soja en reserva, según coinciden analistas y el propio Kicillof, para evitar exponerse a la inflación.

El presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luis Etchevehere, explicó a Radio Mitre que esa actitud se debe a que pierden “40%” de poder adquisitivo durante el año por la suba de precios. La oposición reprocha al Poder Ejecutivo la falta de medidas para reducir la inflación, mientras que el gobierno anunció, también ayer, que su programa Precios Cuidados, de control del valor a la venta de los productos de la canasta básica, se extenderá a partir de ahora a todo el país.