Por una ínfima mayoría de 50,3%, los suizos aprobaron imponer restricciones a la entrada de trabajadores extranjeros -incluidos los europeos-, para evitar “la inmigración en masa”. Ésa fue la expresión que utilizó la Unión Demócrata de Centro, de derecha y opositora, que presentó la propuesta, aprobada ayer en referéndum.

Después de esta votación, Suiza volverá a introducir cuotas de entrada de extranjeros al país y restablecerá el principio que impone la preferencia por el trabajador nacional frente al extranjero, que se había eliminado para el caso de los inmigrantes de la Unión Europea (UE). Suiza no es parte del bloque, pero tiene un acuerdo de libre circulación de personas con la UE, de la que proviene 75% de los 800.000 trabajadores que han ingresado a su territorio desde 2002.

La Comisión Europea anunció que examinará las consecuencias de estas medidas en el acuerdo bilateral y en las relaciones entre el bloque y Suiza. Los cambios podrían alcanzar las relaciones económicas, comerciales y políticas, e incluso podría afectar el acceso suizo al mercado europeo, al que vende más de la mitad de sus exportaciones, informó la BBC.

Pese a las advertencias del bloque, la ministra suiza de Justicia, Simonetta Sommaruga, anunció que el gobierno -contrario a estas modificaciones- aplicará “rápido y de forma consecuente” el texto aprobado en referéndum. El gobierno y el sector empresarial suizo llamaron a rechazar la iniciativa y advirtieron sobre la incertidumbre que estos cambios podrían introducir en la economía, pero eso no impidió que se aprobara, tanto por parte de la mayoría de los ciudadanos como de la mayoría de los cantones, condiciones necesarias para validarla.

Entre los apoyos con los que contó el proyecto, algunos son de fuera de fronteras. El líder ultraderechista del Partido de la Independencia de Reino Unido, Nigel Farage, calificó de “noticia maravillosa” el resultado de la consulta y aseguró que es una demostración de “soberanía nacional y libertad” de parte de “una Suiza sabia y fuerte [que] se ha plantado ante la presión y las amenazas de los burócratas de Bruselas”. La líder del también ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, afirmó en Twitter: “Suiza dice no a la inmigración masiva. ¡Bravo! ¿La Unión Europea va a enviar los tanques?”.