A un mes del III Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela, algunos dirigentes chavistas han manifestado su disconformidad con la dirección tomada por el actual gobierno y con la falta de control sobre la actuación del Ejecutivo. No tardó en llegar la reacción de la cúpula del partido -y del Ejecutivo-.

Todo comenzó la semana pasada, cuando después de ser destituido, Jorge Giordani, que era vicepresidente de Planificación, manifestó en una carta pública su preocupación por algunos aspectos del gobierno del presidente Nicolás Maduro. Entre otras cosas, señalaba que faltaba control sobre el destino de los fondos públicos, que el liderazgo de Maduro no es tan eficaz como lo era el de Hugo Chávez y que su gobierno está tomando malas decisiones en materia económica. Giordani recordó que él fue muy cercano a Chávez y dijo que intentó trasladarle sus preocupaciones al actual presidente, pero éste no lo recibió.

Llovieron críticas sobre Giordani, y Maduro lo llamó “traidor”. Pero también hubo voces que lo respaldaron, entre ellas la del ex ministro Héctor Navarro, miembro de la Dirección del PSUV, quien escribió otra carta pública en la que dice que fue testigo de los intentos de Giordani de denunciar esta situación en el gobierno y en el PSUV.

Allí Navarro se pregunta: “¿Cuál es el deber de un revolucionario cuando agota todas las vías para alertar acerca de problemas que están poniendo en peligro el propio curso de la revolución y los que son responsables de escuchar y actuar no escuchan?”. Además, respalda las denuncias de corrupción que hizo Giordani y se pregunta si van a tener respuesta.

Después de que Navarro publicara su carta en el sitio web Aporrea, recibió una llamada telefónica de Ramón Rodríguez Chacín, líder del Tribunal Disciplinario del PSUV, quien le comunicó que la Dirección Nacional decidió enviar su caso al Tribunal Disciplinario y cesarlo como miembro del partido.

La expulsión de Navarro generó más reacciones de dirigentes de la denominada “vieja guardia” del chavismo. Entre ellos dos ex ministros: Ana Elisa Osorio, que fue titular de Ambiente (2001-2005), y Rafael Isea, de Finanzas (2006-2008). Los dos manifestaron su respaldo a Navarro y a Giordani y pidieron al gobierno y al PSUV que enfrenten estas críticas y rectifiquen. También Isea publicó una carta en la que califica como “un gravísimo error” que se acusara de traidor a Giordani y que se expulsara a Navarro. “Constituye un precedente que puede tener como resultado la persecución y supresión de la crítica a lo interno del gobierno y del PSUV”, dijo, y advirtió que este camino puede llevar a “la división y debilitamiento de las fuerzas revolucionarias”.

Tanto Maduro como el presidente de la Asamblea Nacional y número dos del PSUV, Diosdado Cabello, acusaron a estos dirigentes de buscar el fraccionamiento del partido y de querer obtener ventajas en su Congreso, que será a fines de julio. “Nada ni nadie nos va a sacar del trabajo que nos dejó el comandante Chávez, nadie ni nada nos va a sacar, ni la derecha golpista ni la izquierda trasnochada”, dijo Maduro. Consideró que es “tiempo de definiciones” y agregó: “El que se cansó de luchar y se confundió, que se ponga de lado, el que sienta que no puede seguir porque Maduro es poca cosa para él, para su conocimiento, para su brillo, [que] Maduro es apenas un obrero, que se ponga de lado”.