La discusión en el Parlamento peruano acerca de una ley de unión civil que reconozca los derechos de las parejas homosexuales ha tenido varios capítulos tensos, con fuertes presiones de sectores religiosos y con pocos políticos dispuestos a defender una norma de ese tipo.

Una muestra de las dificultades para avanzar en esa legislación fue el millón de firmas en contra que presentaron en mayo el colectivo Parejas Reales y un grupo de pastores evangélicos. Se las entregaron al diputado fujimorista Julio Rosas, que las recibió satisfecho. “Somos un país que tiene una reserva moral, principios y valores. Ahí está la riqueza del Perú”, dijo.

Otra muestra fueron los insultos que recibió en redes sociales el diputado Carlos Bruce, autor del proyecto de unión civil, cuando reconoció públicamente su homosexualidad en mayo, en una entrevista con el diario El Comercio. “Sí, yo soy gay y estoy orgulloso de pertenecer a ese grupo de personas que son tan valiosas para el Perú”, dijo Bruce, ex ministro de Alejandro Toledo y electo diputado por Perú Posible, partido del que luego se distanció. El dirigente ya había sido blanco de bromas por su homosexualidad, incluso provenientes de dirigentes políticos, recordó el periódico.

Después de la entrevista recibió también un cuestionamiento de la diputada fujimorista Marta Chávez, quien consideró que él debía haber declarado que podía beneficiarse de la ley que promovía. En respuesta, Bruce -divorciado y padre de dos hijos- aseguró que no va a unirse a otra persona bajo los términos de esa ley.

Perú posible

Más difícil le resulta al diputado defenderse de quienes lo acusan de abandonar la pelea por su proyecto y plegarse al consenso en torno a otro, que parte de una iniciativa de la diputada Chávez, y que propone una ley de “unión solidaria”. Esta figura consiste en un acuerdo entre dos personas, sean o no del mismo sexo, para compartir derechos y deberes en cuanto a su patrimonio y a la asistencia mutua. En ese marco, una le puede brindar a la otra derechos de seguridad social, o la nacionalidad peruana en caso de que sea extranjera; pueden heredar patrimonio o firmar autorizaciones médicas para procedimientos de emergencia. La unión se puede disolver de común acuerdo, a pedido de uno de los miembros o si uno de éstos se casa con otra persona o muere.

Bruce explicó acerca de su apoyo a esta iniciativa: “No lo hago porque refleje totalmente nuestro punto de vista, sino porque refleja aquellas cosas en las que están de acuerdo [otros legisladores] y que podemos aprobar como Congreso y dar un paso más hacia la igualdad”.

Dijo que intentará impulsar su propuesta de unión civil, y que pidió a la Comisión de Justicia y Derechos Humanos, donde se dio una primera aprobación al proyecto de unión solidaria, que se presente el suyo por separado. Sin embargo, se manifestó convencido de que éste no se va a aprobar.

Según informó el diario peruano La República, el director del Movimiento Homosexual de Lima, Gio Infante, consideró que la unión solidaria es un avance, pero también una “vergüenza”, porque va en el sentido contrario de los avances regionales hacia el matrimonio igualitario. Otra activista citada por el diario, Verónica Ferrari, opinó sobre el nuevo proyecto: “Es un retroceso total. Sólo sería un acuerdo entre dos personas con fines patrimoniales y asistenciales. Lo que nosotros siempre estamos pidiendo es igualdad”.